jueves, enero 17

A Dios rogando...

Los últimos días en México fueron trazados en la opinión pública como jornadas de considerables cambios políticos; hubo modificaciones de primera línea en el gabinete del presidente quién, según dicen los que saben, ha puesto sobre la mesa las cartas fuertes para la sucesión del 2012 por parte del partido en el gobierno.

Los últimos días los principales periódicos de circulación nacional y los noticieros de televisión y radio se centraron en este tema, dedicaron a ello sus espacios: una y otra vez la misma nota, una y otra vez la misma cantaleta. Hoy todas las columnas y editoriales hacen eco de lo sucedido y proponen puntos de vista diversos sobre el asunto, repitiendo lo mismo que ayer y anteayer nos expresaban los politólogos, analistas, comentaristas y demás miembros de la especie. La repetición a la que estamos condenados hasta que llegue otra "primera plana" otro "reportaje" u otro "escándalo".

Los últimos días nos confirman que hemos inciado en México un cambio drástico en cuanto a los relevos sexenales; la salida del PRI modificó definitivamente esta circunstancia, no es de negarse el asunto. Pero recordando lo dicho aquí en entregas anteriores, me parece que no debemos dar tanto juego al tema del gobierno venidero, pues a éste todavía le queda cuerda.

¿Cuánto tiempo a esto dedican nuestros medios día a día?, ¿cuánta energía se invierte en un tema de pura especulación?, esta idea de ser ciudadanos informados de política que discutan especulaciones, muchas de ellas sin fundamento, me parece una pérdida irreparable de lo que podemos ponernos todos a hacer el día de hoy.

Recuerdo ahora que Salvador Elizondo, en Contextos, expresa que una de las notas comunes en la literatura mexicana tiene que ver con el manejo del tiempo (en su argumentación cita como ejemplos a Arreola y a Rulfo)...me parece que no es sólo una nota común de la literatura, me parece que algo añade a nuestro momento: hoy vivimos pensando en el mañana, y con ello el día a día, maliciosamente, se nos convierte en pasado y nosotros ni en cuenta; parece que no manejamos el tiempo, sino que lo desperdiciamos a diferencia de nuestros literatos.

¡Es que no hay mejor tragedia!: negamos ocuparnos de lo inmediato por pensar, diseñar y construir escenarios, imágenes y alternativas que no pueden asegurarse; en eso se nos va la vida en lugar de trabajar día a día para lograr eso que deseamos de una u otra forma (mis respetos a Chava Flores, "a qué le tiras mexicano").

¡Señores: A Dios rogando y con el mazo dando!

1 comentario:

  1. Tienes toda la razón. Pienso que la nota política ha llegado a extremos de la nota del corazón, creo que no estoy exagerando.

    Es interesante pensar en todos los empleos que se generan por la política de forma indirecta, toda la gama de "analistas" que dedican su día a dar su opinión, a hacer prospectiva, a enrarecer el ambiente social, a idiotizar al inconciente colectivo.

    Por otro lado, no tengo duda, en que siempre existirán las cortinas de humo que nos ocultan los temas importantes. Y no es de menor importancia el papel del chayotero, como groupies pero de políticos, que se la vive estratosfera política.

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Lo mío ya fue, ¿tú qué dices?