viernes, diciembre 28

Otro fin de año turbulento


Tal como ya es costumbre en nuestra época los últimos días del año suelen darnos un coletazo para recordarnos la fragilidad de nuestros sistemas y organizaciones y sociedades que a veces sucumben por tragedias naturales, las imágenes del tsunami aún vibrán en la memoria, pero que en otras ocasiones se desmoronan por la mano del propio ser humano.


Hace apenas unas horas ha caído nuevamente sobre nosotros el terrorismo, si bien es cierto alejado de las tierras mexicanas no por ello menos impactante. Benazir Bhutto ha sido eliminada de la contienda presidencial en Pakistán al finiquitar de modo cobarde, como siempre puede clarificarse un ataque de esta naturaleza, su vida en medio de un mitín.


Hace unos minutos CNN da a conocer un video en donde se escucha, entre el griterío y barullo de la multitud congregada para escuchar, la detonación que cegara la vida de la única mujer que ha gobernado, no de fácil manera, un estado musulmán.


Independientemente de la postura política que dicha mujer haya representado su figura es digna de posteridad por romper el paradigma de la mujer arrodillada en el mundo musulmán, y por recordarnos a occidente que un ser humano con ideales, sea varón o mujer, materializa en su vida la posibilidad de potenciar las verdaderas capacidades al servicio de la humanidad.


domingo, diciembre 16

La compatibilidad de la fe con la democracia

Entre mis más preciadas lecturas mensuales "Letras Libres" es una de las publicaciones que más satisfacción me producen como lector y además uno de los apoyos que me permiten mantenerme actualizado en temas relacionados con el liberalismo, los valores y derechos humanos, la política, la cultura, la literatura y demás asuntos de interés general.

La interesante publicación de este mes presenta la transcripción de un debate sobre la posibilidad de la democracia en países islámicos celebrado en el marco del Fórum Universal de las Culturas de Monterrey. Puede el lector ver aquí la transcripción del debate entre Husain Haqqani, diplomático paquistaní, y Ayaan Hirsi Ali, activista promotora de los derechos humanos en el mundo islámico.

Realmente soy poco conocedor del mundo islámico, no soy docto ni especialista en el tema y me parece que la presentación del evento realizada en forma escrita por la redacción de la revista es un buen inicio para formularse preguntas interesantes en un momento histórico en el que el islam tiene tan mala prensa a nivel internacional en el mundo occidental.

Sin embargo, me llamo la atención que para postular su argumento inicial el embajador Haqqani hiciera referencia al catolicismo con las siguientes ideas para expresar la dificultad de concordar una definición de lo qué, en sus palabras, significa ser musulmán:

"Es importante recordar que en el mundo islámico hay mil cuatrocientos millones de musulmanes. Aquí, este auditorio es sólo de unos pocos cientos. Por favor, levanten la mano los que se identifican como católicos. Bastantes, por lo visto. Ahora, entre aquellos que levantaron la mano identificándose como católicos, por favor díganme cuántos han escuchado aquella declaración del papa Benedicto XVI que se llama Dominus Iesus y en que el Papa básicamente argumenta que todas las ramas del cristianismo que se separan del catolicismo romano son incorrectas, y que sólo la Iglesia Católica Romana es la mediadora de la salvación. Entre aquellos que levantaron la mano identificándose como católicos, ¿cuántos están de acuerdo con el Papa? Ninguno. Con esto pruebo lo que quiero decir. La cuestión es ésta: si unos cuantos centenares de personas que se consideran católicos no están de acuerdo con el líder de la Iglesia Católica, entonces ¿cómo van a compartir una sola definición de lo que es ser un musulmán mil millones de musulmanes?"

Algunos comentarios, pues me parece que las apreciaciones personales de la figura intelectual de este hombre no coinciden con la realidad:

1. Habría que decir que sí hay ciertos principios que definen a las personas como católicas; según el diplomático el islam es una fuerza dinámica y existe un sinnúmero de interpretaciones personales y grupales de las distintas ramas que lo integran. De alguna manera la subjetividad de los integrantes de la fe se impone al corpus teológico al cual se adhieren.

El corpus de la doctrina católica, en lo que creemos y profesamos, está contenido en el Catecismo de la Iglesia Católica y se participa de él por voluntad personal. Sin embargo, la opinión de la mayoría católica no modifica la creencia original que sustenta la fe. La pertenencia a la Iglesia Católica es igual para mi famila que para mí y en ello tenemos una radical diferencia con la idea expuesta arriba. No puede ser en esencia alguien católico cuando contradice abiertamente la doctrina católica; podrá considerarse a sí mismo pero ¿realmente lo es?

2. El documento Dominus Iesus fue criticado duramente en el momento de su publicación pero fue poco estudiado y comprendido por sus críticos. Ciertamente es poco conocido entre aquella mayoría que se dice "católica" pero que no se considera practicante.

Puedo asegurar que los que levantan la mano en el evento del Fórum probablemente no conocen el documento y lo que de él saben fue posible a través de quienes, sin ser especialistas en el tema, con voz alarmada se indignaron por su publicación. Léase los detractores de siempre.

3. El documento fue publicado por el Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe en el año 2000 con la firma del Card. Ratzinger (hoy Benedicto XVI). Habría que explicar que aunque el autor es hoy en día el Supremo Pontífice de la Iglesia, la función es diferente y el alcance no es similar, esto pocas personas pueden comprenderlo pero es justo decirlo. El Papa ya no piensa (y no porque haya renunciado a sus creencias) como Prefecto sino como Supremo Pontífice y su actuación es radicalmente diferente. Ello no le resta valor a un documento tan importante como éste, pero es necesario precisar que la publicación no correspondió al Papa. Puede consultarse aquí la contextualización y significado verdadero del documento por parte del autor en el momento de la publicación del texto.

Propongo que a quienes esto interese puedan revisar la documentación y establecer un criterio personal frente a la realidad vertida en un argumento inicial. Me llama la atención que para soportar la compatibilidad de una religión con la democracia se intente desprestigiar a otra religión que ha podido convivir con diferentes sistemas de orden político, es más, los ha sobrepasado y los sobrevive día con día.

Dejo sobre la mesa algunas reflexiones de Alejandro Llano al respecto:

"En su reciente declaración Dominus Iesus-quizá el documento eclesiástico más importante del año 2000- la Santa Sede ha afrontado con sencillez y profundidad la causa principal de esta debilidad de pensamiento que parece constituir el signo dominante de esta época de tránsito. Se trata de lo que Fernando Inciarte llamó hermenéutica total: un vaciamiento de toda referencia metafíscia en el discurso científico y cultural, de manera que-como anticipó Aristóteles en su discusión con lo sofistas-todo viene a ser uno y lo mismo; o, por lo menos, ninguna propuesta puede aspirar a la verdad completa frente a otra que se le oponga...

El carácter católico -universal, trascendente y escatológico- del genuino mensaje cristiano excluye tanto su disolución en acontencimientos culturales diversos como su encasillamiento en uno determinado y, por supuesto, la desencarnación que implicaría no querer tener nada que ver con ninguno de ellos. Es la propia historia la que nos narra cómo la doctrina cristiana ha entrado en diálogo fecundo con las más variadas culturas y civilizaciones, justo porque no se halla enfeudada en ninguna de ellas y de ninguna de ellas se siente ajena".


El diablo es conservador. P. 63-65.

lunes, diciembre 10

¿Cómo ser moralmente mejores?


Mediante tres excepcionales ensayos, conformados con profundidad y solidez en cada uno de los argumentos, Iris Murdoch nos presenta ideas fundamentales respecto una de las grandes interrogantes de la humanidad: el problema sobre la acción acertada encaminada a lo bueno evitando lo malo, la famosa sindéresis. Aunque ella no aborde el concepto desde la perspectiva escolástica realmente se propone como acceder a lo bueno y presenta dos caminos poco considerados: la experiencia estética de la contemplación del arte y la experiencia mística de la oración.

"La idea de perfección", "Sobre Dios y el bien", y "La soberanía del bien" constituyen sin duda un breve corpus que presenta nuevas perspectivas para una relectura de Platón y un análisis de una pequeña contribución, como la misma autora de alguna manera afirma, a la discusión filosófica universal de este tema tan trascendental.

Si bien mi familiarización con el mundo intelectual proveniente del Reino Unido, y en especial de Irlanda, es más bien pobre me parece que estos escritos iluminan aspectos poco antes considerados por un servidor. Y me han servido para adentrarme en el tema de la ética y la moral mismos que he revisado con anterioridad en otros autores, destacándose entre ellos Wojtyla como pudieran adivinar aquellos que me conocen.

Quisiera terminar esta pequeña recomendación con el remate del último ensayo que da nombre al libro que los recopila, "La soberanía del bien":

"El hombre bueno es humilde; es muy distinto del gran Lucifer neokantiano. Es mucho más como el recaudador de impuestos de Kierkegaard. La humildad es una rara virtud, pasada de moda y a menudo difícil de discernir...El hombre humilde, porque se ve así mismo como nada, puede ver otras cosas como ellas son...El hombre humilde percibe la distancia entre el sufrimiento y la muerte. Y aunque él no es por definición el hombre bueno, quizás es la clase de hombre que, con mayor probabilidad, llegue a ser bueno".

Para aquellos a quienes esto interese puede buscar el texto:

MURDOCH, Iris., La soberanía del bien., Trad. Ángel Domínguez Hernández., Caparrós Editores., Madrid, España., 2001., P. 105.
ISBN: 84-87943-87 X.
Fue publicado como parte de la colección Esprit, bajo el número 44.

Y podrán encontrar mayor información sobre la autora, en inglés, en The Iris Murdoch Society.

jueves, diciembre 6

Habría que seguir adelante

Reconociendo la complejidad del último proceso electoral, concediendo incluso lo que los analistas políticos afirman sobre una sociedad dividida y polarizada por el partecharcos del 2006, pues aquí no se dividió ningún río vaya ni siquiera una laguna, es necesario plantear sobre la mesa qué como país tenemos que seguir adelante. No es posible que sigamos debatiendo, escribiendo, y perdiendo el valioso tiempo que la vida nos ha dado en poner atención a lo que dicen nuestros hombres y mujeres de "presencia pública".


Diversas encuestas nos afirman que la cuestión política importa cada vez menos a los ciudadanos y que ha caído en forma obvia la confianza en "nuestra clase política" (especies diversas de personajes pintorescos y en donde, como en los perros, hay razas diversas que agotan los términos absurdo o maquiavélico).


¿Y cómo habría de importarnos a la gente de a pie sus discusiones y rebatingas si estamos ocupados todos los días en poner a funcionar este país? Los que hacemos realidad México no salimos en la tele, no participamos en la radio, en los debates, en las discusiones, en el senado, no somos líderes sindicales ni paleros de los poderosos...estamos convirtiendo nuestro tiempo en tiempo productivo y aquellos están dedicados a despilfarrar y estropear lo que nosotros edificamos no sin sacrificios considerables.


¿Hasta cuando vamos a soportar? No lo sabría, pero si es justo decir que tenemos, queramos o no, que seguir adelante. Y dejar a éstos en sus diálogos y acuerdos absurdos, enraízados en esa enfermedad de poder que los corrompe. Sé que la política entendida en su origen greco latino es un arte que dignifica, pero ya hay que tener claro que eso en la práctica está a años luz de convertirse en realidad. En México la política, tarde que temprano, denigra a los que en ella se involucran para hacer realidad ese slogan vacío y sin sentido de "servir mejor a nuestra patria".

lunes, diciembre 3

La insoportable mortalidad del ser...humano

Para Fer, con todo el cariño de mi recuerdo


Escribo esta entrada del día de hoy aún sacudido por la partida de un amigo...el suceso de la muerte, visto a veces lejano pero de algún modo siempre cercano, es uno de los grandes misterios que nos configuran como seres humanos.

Creo firmemente que nuestro límite terrenal, en cuanto presencia física, puede ser modificado respecto la vida que hemos llevado a lo largo de los años prestados que se nos han dado. De alguna manera, a través de nuestros actos frente a quienes nos acompañan en el viaje, es posible alcanzar dos escenarios: una vida mal llevada recibirá como término el olvido; por el contrario, una vida bien llevada no será fácilmente despreciada y podrá incluso seguir su curso en la memoria y en la existencia de nuestras personas más cercanas. Pero incluso en algún momento del tiempo nuestra permanencia se encontrará con la finitud de la vida, la vida de quienes nos mantienen vivos.

El tema de la muerte obliga defintivamente a las preguntas sobre la exisistencia y sobre la trascendencia, o no, de la misma. Para comprender la muerte me parece que es necesario entender la vida, y en ese ejercicio se agota la existencia y nos consume el término de nuestro aliento. Es un círculo de vida y también de muerte, complemento perfecto de realidades misteriosas en las cuales se encierran nuestros pasos.

Más sin embargo, el anhelo de inmortalidad que ha rodeado siempre al homo sapiens conlleva la renuncia de lo verdaderamente humano: la finitud, el instante, el momento alargado y roído por los años, estamos de camino y no hay que olvidarlo ni un sólo segundo. Lo que hoy vivimos no habrá de regresar, transcurrimos en el paso de la primera a la última respiración. El consuelo ante esa insoportable mortalidad humana sólo puede alcanzarse en términos de una fe, cualquiera que ésta sea.

Y a tí, ¿qué te hará permanecer?

martes, noviembre 27

Algarabía por la vida




Venía de Cuernavaca hacia el Distrito Federal. Era un domingo por la tarde, posterior a la hora de comida fue que realicé el viaje, un servidor come cuando muy tarde a las tres, así que sin recordar exactamente la hora puedo proponer un tiempo cercano a las 5 p.m., hace ya más de dos años.

Mi vida estaba por cambiar dentro de pocos instantes y yo no lo sabía. Algo nuevo llegaría y hasta la fecha me acompaña, un deleite muy especial que ahora recomiendo....pero, sigamos con la historia...
Poco antes de llegar a la caseta ví el espectacular, y recordé sólo tres palabras: revista, algarabía, sanborns. Al llegar, y dejar a los acompañantes en turno de aquella aventura de fin de semana, me dirigí a cenar y averiguar sobre la revista que ví anunciada en carretera y que me pareció salía de los estándares de revistas que se anuncian en espectaculares.

Mi expectativa fue superada al encontrarme con una publicación única en su género, distinta, atrevida en la propuesta, diferente en todo lo que sea posible comparar con otra que intente asemejarse. Algarabía significa para mi la oportunidad de un viaje relajante y pleno de sabiduría que me permite encauzar lo cotidiano y encontrar en ello lo grande de mi vida.

Desde entonces, al principio cada dos meses, y ahora gracias a geniales editores, cada mes, me sumerjo en sus páginas adentrándome en lo complejo de lo simple, en lo pleno de lo concreto y en lo fascinante de la propuesta de algo que debe recomendarse, cantarse y gritarse a los cuatro vientos: ¡tengo algarabía para vivir! (ahora mismo tengo entre mis manos, cuando los dedos descansan de escribir, el número de este mes).

¡Para quienes no la conocen, visiten algarabía en la red y cómprenla en su tiendita más cercana!

viernes, noviembre 23

Una persona digna de presentar


La primera vez que escuché hablar de Alejandro Llano Cifuentes fue por boca mi admirado profesor Alfonso Muñoz, con quien tengo una deuda incalculable por la enorme cantidad de autores con quienes me hizo entrar en contacto. Fue una presentación peculiar. Alfonso me llamó a su oficina, comentamos algunas cosas de la licenciatura y de pronto me entregó un libro, cuando me dí cuenta realmente me lo vendío, y me pidió mis comentarios.

"El Diablo es conservador", fue la primera recopilación de ensayos con los que conocí al profesor madrileño. La lectura no tuvo el más mínimo punto muerto, pues fue para mí un delicioso conglomerado de ideas que aterrizaron en mi mente al instante. El libro motivó en mi la idea de trabajar profesionalmente por materializar las ideas del autor en el campo de mi acción, en aquél tiempo estudiantil y poco después, laboralmente en la trinchera del DIF Nacional.

Recuerdo también que tuve oportunidad, en clase, de comentar con Rodrigo Iván Cortés, otro de mis mejores profesores universitarios, respecto las propuestas del texto y del autor. Tuvimos incluso que abordarlo en la materia, revisando el concepto de la nueva sensibilidad y fue una grata experiencia pues tenía ya un conocimiento previo de lo que en aquél entonces revisaríamos.

Seguí releyendo al profesor Llano en forma constante, gracias a él apoyé un ensayo que me solicitaron para entrar al DIF; utilizamos en aquél tiempo, dentro de la Coordinación de Asesores, las ideas expuestas en el libro para apoyar más de un discurso para la directora de la institución. Fue una grandiosa experiencia el acompañar las ideas de un pensador y tratar de aterrizarlas en la vida práctica. A algunos les daba pena citar el nombre del libro, por considerarlo religioso, y yo, secretamente, disfrutaba siempre poniendo en los textos la nota fiel al autor y su obra aunque en las revisiones del discurso me la borraran.

Intenté que el DIF invitara al profesor Llano a exponer la nueva sensibilidad relacionada al ámbito de la familia en los diferentes congresos que organizamos, pero nunca tuve éxito; no logré convencer de cómo su presencia revestiría el evento y nos permitiría obtener bases sólidadas para los proyectos emprendidos a favorecer al núcleo social.

Tiempo después tuve la extraordinaria oportunidad de escuchar en forma presencial una conferencia que Llano impartió en la universidad panamerica, donde su hermano Carlos es ampliamente conocido. La lucidez del pensamiento realmente me impactó y me dio la impresión de lo más importante que puede llevar a cabo un filósofo: congruencia. Su convencimiento de la importancia de la persona humana mueve su trato y contacto con las personas reales.

Con el correr del tiempo pude conseguir Humanismo Cívico, texto de mayor rigor argumentativo y que centra la propuesta política del autor respecto la filosofía práctica, aunque es anterior cronológicamente al primer texto conocido por mí. Este nuevo texto ha impulsado mucho de mi trayectoria profesional en el convencimiento de la acción social y política de una persona que trate de poner sus ideas al servicio de los demás. Tengo en lo personal para con este autor un cariño y un respeto muy especial y por ello quiero presentarlo a quienes lean este blog.

Así como Alfonso me hizo conocer a un nuevo autor, el profesor Llano me ha hecho entrar en contacto con otros pensadores de gran realce, destaco a Claudio Magris y a Robert Spaemann. Pero también, recuerdo con emoción, que durante su conferencia en la U. Panamericana citó, de alguna manera reinvidicando frente a la visión cinematográfica, a Iris Murdoch de quien actualmente leo La soberanía del bien, obra de la que en breve espero poner algún comentario pues me ha hecho reflexionar en forma apasionante.

Para quienes deseen conocer un poco más de Alejandro Llano Cifuentes, aquí está la liga a la universidad de Navarra donde podrán ver una nota bibliográfica y un recuento de artículos y conferencias: http://www.unav.es/filosofia/allano/

Los textos de los cuales escuétamente he hablado son:

LLANO, A., El diablo es conservador; Pamplona, EUNSA, 2001.
LLANO, A., Humanismo cívico; Barcelona, Ariel, 1999.

Pueden consultarse algunos artículos del autor en: http://www.interrogantes.net/Alejandro-Llano/

miércoles, noviembre 21

La tristeza que se escurre por las calles

Siempre que puedo caminar por el D.F. o por lo menos deambular por algunos instantes en algunas de sus calles, así como cuando utilizo el transporte público, un dejo de melancolía suele invadirme.

Con pesar me doy cuenta que la gente que me rodea posee un rostro encajado en pensamientos y, seguramente, más de una preocupación. Me doy cuenta entonces que el ritmo de la vida moderna en esta ciudad nos imprime no sólo velocidad sino vacío, mismo que refleja la posible ausencia de sentido en el rostro de los habitantes.

¿Es este el rostro que yo también proyecto a los demás? Si es así, creo que es hora de modificarlo. Y transformando el rostro desencajado encontraría una manera anónima de contribuir en proporcionar una mirada más amable, un rostro más esperanzador. Tengo muchos motivos para tener en mi rostro una sonrisa, y creo que la visión positiva del presente y del futuro es urgente de reforzar a cualquier hora y momento.

martes, noviembre 20

Las incontinencias de lo absurdo


Sobre el ataque de partidarios políticos lopezobradoristas a la catedral metropolitana sólo puede decirse una cosa:

Es imposible exigir y ganar respeto a punta de palos, gritos, agresiones y daños en propiedad ajena. Exigir respeto es probable, pero el respeto se gana sobre cualquier otra actitud humana con paciencia, tiempo y esfuerzo. Es factible respetar a quién demuestra responsabilidad sobre su persona y a quien es capaz de respetar a quienes exige el respeto.

Sirva este ejemplo para decir que en México, país predominantemente católico, la libertad religiosa es aún un anhelo. Y es cierto, llevamos poco tiempo con reglamentación a las modificaciones constitucionales del artículo 130. Se puede ser de todo en este país, a excepción de católico practicante frente a mentalidades retrógradas y oscurecidas por un fanatismo que ni las sotanas provocan. Y ya con eso he dicho lo políticamente incorrecto.

El colmo de la ironía: ¡ahora resulta que los culpables son los templos por tener misas como siempre las han tenido y las campanas por tocarse como siempre se han tocado!.

miércoles, noviembre 14

Sobre la posibilidad de la escritura

Recuerdo con cierta vaguedad el primer día en que escuche hablar del "Libro Vacío" de Josefina Vicens. Estábamos en aquél tiempo los inseparables del DIF Nacional en el sexenio anterior y comentábamos sobre lecturas poco frecuentadas y sumamente interesantes a mi arribo a la oficina.

No sin conocimiento previo, Marco se pronunció anunciando que de este texto pretendía elaborar su tesis para licenciatura y creo que ahí nació mi interés por revisar dicha obra qué, según me dijeron en aquél entonces el propio Marco y Paty, sería difícil de encontrar.

No entendía como podía efectuarse una tesis sobre un obra de literatura, en aquél tiempo comprendía pocas cosas y después de sopesarlo un poco pensé que considerando bien el punto no era algo fuera de este mundo y qué, seguramente, en una carrera como la de Marco, quién se dedicó universitariamente a las letras, sería de lo más común.

Mucho tiempo después Paty me consiguió fotocopias de unas copias originales del libro que fue reimpreso por última vez, en aquél entonces cuando estas palabras eran sucesos y no recuerdos, en 1982.

Lo leí rápidamente una vez, no lo comprendí. Me enfade. Volvía a leerlo con mayor calma y me encanté en gran forma con la historia pero, sobre todo, con la manera en que ésta se presentaba a mis ojos. Un ir y venir en el tiempo y en la posibilidad de lo que sucede cuando se reflexiona sobre lo que en determinado momento se está considerando.

Me ví retratado como el escritor que desea escribir pero no encuentra motivo digno de rescatarse en su vida cotidiana que siendo, en gran medida apasionante por la sombra de un libro que nunca se escribe, se pierde en la futilidad del tiempo.

¿Algo así, a manera de reflejo, serán las entradas de blogs que son redactadas pero nunca ven a su autor teclear la orden "publicar"?