miércoles, septiembre 17

Desde Ciudad Guzmán, antes Zapotlán el Grande

Recuerdo en forma vaga los programas dirigidos y presentados por el Maestro Arreola en mi ya cada vez lejana infancia. Aparecía en televisión con reportajes que se me hacían estrambóticos. Durante mi adolescencia supe que existió, que era de Jalisco y que se dedicó a la literatura. Años después, gracias a apreciadas amistades conocí tres cuentos, uno pequeño de horror, y uno más extenso relacionado a la balística, así como el divertido relato de las muñecas plastisex*. No tuve oportunidad de profundizar por cualquier razón aparente y más urgente. Craso error.
Sin embargo, aunque tuve acercamiento, no le conocí hasta que pude revisar su propia presentación, vertida en forma magistral en "De memoria y olvido" con la que se presenta a jóvenes lectores en esta edición del FCE.
Agosto no trancusrrió en un mes de mucha escritura pero sí en uno de intensa lectura. Éste que ahora presento fue uno de los libros que revisé en forma especial para preparar la 3era sesión de la cofradía de barataria que se celebró en un acogedor lugar de vinos, carnes y quesos en Álvaro Obregón, en México D.F. En una velada sumamente agradable pude abrir mi intervención con fragmentos de "El Silencio de Dios" y rematarla con la lectura en voz alta de "El guardagujas", los dos cuentos que más y mejor me conmovieron y de alguna forma me marcaron profundamente.
Tuve ocasión unos días después de volver a leer en voz alta estas dos piezas ante los oídos que más me importan y fue un momento especial, pues demostré como estas dos lecturas tocaron mis más ocultos anhelos. El ansia de cambio para este país a pesar de los sistemas que lo enloquecen y trastornan, y el ansia de sentido de trascendencia y complitud con la eternidad estuvieron, como están desde hace tiempo, a flor de piel y ella a través de estas ideas, no mías, pero que pareciera me retratan, pudo conocerme mejor.
La escritura de Arreola es sencilla pero contundente, llena de recobecos y espacios que pudieran pasar inadvertidos pero qué, a fin de cuentas, se revelan como los verdaderos dadores de sentido a sus palabras y al mensaje que desea transmitir. No sólo es recomendable, es verdadera exigencia conocer más de este autor del que poco, a los miembros de mi generación, se nos ha hablado. Y es que en rigor nadie tuvo el gusto directo de presentarnos al de Zapotlán el Grande y a este delirante xalapeño con ansia de escritura.
Esta primer encuentro me permite percatarme qué, como Juan José Arreola , todos tenemos el sueño de dedicarnos al arte que más nos apasiona pero a veces el tiempo, la vida y la circunstancia, nos obligan a ser artistas de nuestro entorno cotidiano; aceptando esto, podríamos encontrar la anhelada trascendencia abriendo nuestra páginas a quienes nos seguirán en este mundo. Parece incluso evangélico, al que es fiel en lo poco se le concederá más. Espero que a quien esto interese pueda consultar la obra de un escritor diferente a cualquiera y creador de un estilo propio que para mí, en mayor o menor medida, es único por su peculiaridad.
ARREOLA, Juan José., Estas páginas mías., Col. Letras Mexicanas., FCE., 2a.Ed., México., 2001., p. 182.
ISBN: 968-16-6127-3

2 comentarios:

  1. El silencio de Dios será mi próxima lectura! Gracias por todas las buenas recomendaciones! Saludos!
    Una de los tres lectores

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  2. gracias x tu visita, el silencio me pareció un job moderno, espetó me comentes q te pareció saludos desde hermosillo

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Lo mío ya fue, ¿tú qué dices?