viernes, julio 25

Han pasado 40 años


En estos días recién transcurridos se celebran 40 años de la publicación de uno de los textos más controvertidos del Magisterio de la Iglesia, la encíclica Humanae Vitae, sobre la vida humana, escrita por S.S. Paulo VI y publicada en 1968.



El documento, que ha generado y sigue generando, no sólo polémicas sino verdaderos rencores en sus detractores es por muchos desconocido, y es comprendido por pocos que han analizado y estudiado los principios que en la encíclica se articulan en torno la defensa, la promoción y la adecuada visión integral sobre lo que la vida humana, su espera y llegada, representa en el plan salvífico de Dios.



¿Ya lo conoces?, ¿la has leído?, ¿qué opinas?



Consulta aquí la encíclica por si deseas conocerla.

7 comentarios:

  1. En los años sesenta, sobre todo a partir del Concilio Vaticano II, no fueron pocos los que dijeron, unos con alegría y otros con recelo, que la Iglesia Católica había cambiado, que se había modernizado. Hubo intentos por parte del progresismo religioso y la Teología de la Liberación de presentar a la Iglesia como algo distinto a lo que había sido durante casi 20 siglos, una Iglesia que renegaba de muchos de sus dogmas, de su liturgia y de su magisterio en materia de moral y de costumbres.

    Con la encíclica "Humanae Vitae" quedó claro que la Iglesia seguía fiel a la tradición. Que ciertos cambios litúrgicos y pastorales derivados del Concilio no significaban un cambio de fondo en lo que la Iglesia había defendido desde siempre.

    Con esa encíclica, Pablo VI se ganó la animadversión de los progresistas, que dejaron de considerarlo como uno de los suyos, pero a cambio dejó intacta la ortodoxia del magisterio tradicional.

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  2. Sin duda un documento de referencia para todos los católicos que se mantiene vigente. Muchas cosas de la vida no se entienden hasta que se viven, la teoría a veces puede ser cegadora; y hoy siendo padre de dos hermosas niñas, entiendo con mayor profundidad el sentido de la vida. Me parece que el primer principio fundamental de la naturaleza humana es el respeto a la vida.

    Me has motivado a releer este documento, ahora lo haré con una visión más amplia.

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  3. Me pregunto si esta encíclica puede aportar algo más en el tema de la sexualidad, frente a las actuales demandas sociales, de cara a la lucha contra los anticonceptivos (porque sin lugar a duda la postura de Pablo VI en ese campo fue de combate, no diálogo).
    Desde mi punto de vista, urge una revisión de dicha encíclica y que entren nuevos aires a la """visión cristiana de la sexualidad""".

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  4. Fer y Rober:

    ¡Gracias por su visita! a lo mejor un día nos deberiamos disponer para revisar estas ideas en una sesión del círculo. ¿no creen?, aunque el tema no es de suyo literatura ha producido tantas páginas que valdría la pena presentar la manera en que hoy le entendemos.


    Estimado Luis:

    ¿cuáles serían esos nuevos aires que propones?

    Creo que apartir de la carta puede iniciarse la reflexión tal como hace 40 años.

    Me parece que sí hubo diálogo, ¿por qué opinas que no fué así?

    Saludos y gracias por tu visita

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  5. Con "nuevos aires" me refiero al viento del Espíritu, recordando al beato Juan XXIII que en su apertura al Concilio Vaticano II abría una ventana, manifestando el propósito de actualizar la Iglesia en su misión de transmitir el Evangelio en los tiempos actuales.
    Mi crítica por la HV no se dirige al respeto por la vida humana, el cual comparto y acepto de dicho documento, sino por la visión tradicionalista de sexualidad que presenta. Sin dejar de lado los componentes unitivos y procreativos, una revisión de dicha encíclica podría echar mirada en los componentes erótico-afectivos y de género, constitutivos también de la sexualidad, la identidad, el orden socio-político, etc., temas que también interesan al Magisterio (y que en la práctica ya la llevan a cabo y están siendo incluidos por distintas órdenes religiosas) y que tienen mucho que aportar al campo teológico tal como Juan Pablo II hizo con la Teología del cuerpo.
    Digo que no hubo diálogo porque la comisión originalmente encargada por Juan XXIII fue revocada por Pablo VI (porque los obispos y teólogos conciliares de dicha comisión decían que los fieles decidieran el uso de anticonceptivos si así les convenía).

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  6. Estimado Luis:

    Me entusiasma tu respuesta y me parecen observaciones muy interesantes las que aportas, me parece que das pie a un diálogo.

    Sobre esto último, según sé se conformaron dos comisiones que llegaron a conclusiones semenantes. Me gustaría informarme más sobre lo que comentas de la disolución de una comisión, ¿donde puedo obtener más información?.

    Concuerdo por otra parte, además, que un punto interesante para profundizar la reflexión sea la teología del cuerpo.

    Saludos y gracias por la visita.

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Lo mío ya fue, ¿tú qué dices?