viernes, abril 18

Visita sorpresa





La actual gira de S.S. Benedicto XVI por Estados Unidos de Norteamérica ha sido por mucho una visita sorpresa, y una agradable novedad para los fieles católicos de ese país y del mundo entero.


Las declaraciones del Papa en torno al asunto de los abusos sexuales, desde el avión y en cada paso brindando, muestran una renovada óptica por parte del clero para enfrentar esta problemática. Vaya, ¡se está tomando al toro por los cuernos!; pues se reconoce que se ha fallado y se crean estrategias para minimizar a futuro un asunto tan peliagudo como éste. Sabemos sin embargo que eso no será suficiente para solventar el dolor causado, pero abre la esperanza de la reconciliación y de la sanación ante las faltas de los ministros religiosos que han incumplido su misión personal.


Sé que en los medios pocas serán las reacciones que aprecien en su integralidad las acciones emprendidas por este Papa, a la nota amarillista de siempre le agrada acusar pero no reconocer los cambios y las diferencias. Y sería de ciegos no ver en estos pasos un futuro más promisorio en el que la Iglesia cumpla de mejor forma su misión salvífica. Tal como se hizo en el 2000 la Iglesia admite sus faltas y pide perdón por ellas ante su Salvador.


Me agrada como católico que esa idea de que "la ropa sucia se lava en casa", esté pasando de moda en la Iglesia, y que se afrenten los problemas directamente buscando su solución, sin olvidar los cauces humanos y espirituales necesarios para enfrentar los obstáculos en la promoción del mensaje cristiano.

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