Después de pasar algún tiempo, ciertamente más del necesario, y encontrar en el reposo y la guarda la capacidad de reinventarse de nuevo (mediante el apoyo profesional) el viento negro volvió a dejar sentir su presencia.
Aunque inició con todo durante 2006, en el que sopló por diversas regiones de nuestra república; su ánimo decayó un poco a fines de 2007...como el caballo blanco de José Alfredo que se dejo caer al llegar a Ensenada dejó caer en Polanco y de ahí no hubo fuerza que lo moviera hasta hace apenas unos días.
Bastaron una manos ingeniosas para revivir su espíritu inaplacable, mismo que quedó demostrado y patentado en el rápido soplido de fin de semana que se permitió dar camino de Xalapa.
Como un verdadero rayo se dedicó a cortar el espacio, el tiempo, y el paisaje. Los que lo vieron quedaron con una brisa refrescante en el alma al ver que, de nuevo y como nuevo, el Viento Negro consolidó su insólito regreso.
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