lunes, marzo 31

Un encargo eterno

Libro del mes, correspondiente a Marzo 2014.

Una entrega más del estilo literario que podríamos denominar "suspenso católico". La incorporación de una redacción que busca explorar el misterio, la intriga y la acción en los personajes desde la pregunta y duda sobre Dios, y sobre la pregunta y pertenencia a la Iglesia Católica. Lecturas, me parece conformadas, no solo como una respuesta a las novelillas "danbrownescas", sino como una auténtica apuesta que asume el riesgo de devolver a la literatura personajes que se "atreven" a creer en Dios y a pertenecer a la Iglesia. La religiosidad tiene amplia cabida en la literatura, fue uno de los grandes temas que desencadenó la importancia y necesidad de la lecto-escritura, y me parece que su constante exclusión desde hace años en muchos frentes no ha hecho más que empobrecer el propio arte de escribir y el propio arte de la lectura en cada uno. Literatura intrascedente, que no lleva al lector a preguntarse sobre sí mismo, que no confronta las comodidades de aquello que cree saber y comprender. La literatura que abre la puerta a la religiosidad, algo más normal en el ser humano de lo que se piensa, es ahora un resurgir que en lo particular disfruto ampliamente. 

Desde luego que no todo libro debe, de manera forzosa, abordar esta dimensión humana, pero no está mal que dentro de las opciones literarias que hoy un lector tiene ante sí, el tema religioso pueda ser revalorado e incluso elegido. Ya en ocasiones anteriores en este espacio compartí sobre los textos de Michael D. O´brien: "La última escapada", "El Padre Elías", "El Librero de Varsovia" ; también recuerdo bien a Miguel Aranguren con "La Sangre del Pelícano". En la clave de lectura de estas novelas previas se presenta ahora el texto que me he leído a principios de marzo, del autor español Alfonso del Río "Ioannes". 


Rápida lectura y trama que funciona como máquina del tiempo, llevándonos al principio sin un orden claro, hacia atrás o hacia adelante; todo viaje justifica la intención de involucrar al lector con 3 ó 4 historias que a fin de cuentas tenderán a cruzarse como líneas que mutan del paralelismo a lo perpendicular. No es para menos, la trama que el autor ha conformado cumple con la novela policiaca y con el espíritu "Indiana Jones" que se esperaría de un libro en el que la arqueología se cruza para dar sentido a los misterios, que poco a poco irán ocurriendo a los ojos del lector. 

Buena historia, buena trama. Los personajes no solo engloban la actualidad del ser humano en nuestra época sino que suponen, cada uno a su modo y manera, una forma concreta de entender un mundo que se vuelve cada vez más caótico y donde el espacio para la certeza, inclusive sobre la vida y la muerte, se va reduciendo considerablemente. 

Destacaría la figura de Riccardo Loredan, el sacerdote que acompaña las pesquisas. Sigue, aunque de modo un tanto superficial, la línea seguida por el Padre Brown del inolvidable Chesterton: ¡encontrar al culpable para redemir, no solo para efectuar un acto de justicia! No siempre será posible, inclusive el sacerdote no tiene participación directa en la "batalla final", pero la presencia y palabra del sacerdote acompaña a los personajes como un Padre. Simbólica hipótesis que se ilumina al concluir la historia con su nuevo encargo y con una conclusión, me parece, algo aventurada pero al final del día bastante plausible. 

Me ha quedado una pregunta, a partir de la historia de Ioannes, el misterioso encapuchado que salvaguarda un tesoro desde tiempos inmemoriales: ¿puede uno comprometerse a un encargo eterno? ¿Puede uno efectuar un compromiso perenne? Será la mejor reflexión que este texto puede darme, ¡es posible!

Para a quien esto interese:

Comparto los datos y la breve reseña de la contraportada. 

DEL RIO, Alfonso., IONANNES., Ed. Libros Libres., Madrid, España., 2013., p. 485. ISBN: 978-84-15570-22-6

Puedes consultar más sobre el texto aquí

Año 452 después de Cristo. Atila se acerca a Roma. El Papa León sabe que si "El Azote de Dios" no la conquista, será otro quien lo haga antes o después. Así que recomienda a Ioannes, un caballero que parece estar bendecido con la inmortalidad, sacar de la urbe un misterioso cofre y huir hasta una nación que está emergiendo en ese momento, llamada a convertirse en la poderosa serenísima República de Venecia. 
Carnaval de Venecia, en nuestros días. El Papa Pedro II es arrojado desde el Campanile por un misterioso encapuchado. La ciudad queda sitiada hasta que se resuelva el crimen, y atrapa en su red de canales al hijo de un millonario inglés, a una joven arqueóloga española y a toda una panoplia de personajes que ignoran hasta qué punto la historia en la que participan puede cambiar el mundo.  

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