domingo, octubre 31

Lo que compartimos

Foto odel autor Michael D. O´brien en: http://www.ignatiusinsight.com/features/mobrien_thoughtcrime_sept04.asp

Cuando terminé el texto me ocurrió lo mismo que al concluir las dos novelas que he podido leerle en forma previa, sin embargo la sensación duró un poco menos en esta ocasión. Y no es que la novela no cumpla mis expectativas, sino que con la línea argumental del inicio me imaginé otras tantos finales que no sé aún si el final que se propone es el que más me cuadra a mi como lector. 

Si bien " La última escapada" no tiene la elaboración del detalle, en el que se retratan las situaciones como una fotografía que se arma ante el lector cuando éste deposita sus ojos en el texto, si se regodea en la actualidad de un contexto donde las dictaduras y totalitarismos pueden aparecer al hombre de hoy con el bello rostro de la democracia coercitiva. No siempre lo más conveniente será lo mejor parece dejarnos en claro esta historia enmarcada en los bosques de Canadá. 

¿Cuál es el límite de la sociedad y del Estado frente a la familia? ¿Hasta qué punto la educación de los hijos debe equilibrarse con la formación de ciudadanos? ¿La educación de casa es contraria a la educación "formal" y por ello debe dejarse de lado? Debates añejos recordados y expresados en tono de una trama particular, debates para los que aún tampoco existe una respuesta consolidada, sino que cada quien debe trazarse una opinión.

Comparto más de una sensación y emoción con el protagonista. Incluso ha existido quien diga que este espacio es sólo para quejas, al igual como a él le expresan respecto su periódico. Ja! Pareciera una vindicación pero es este ego terrible que a veces no se queda en silencio como debiera. Volvamos al tema. 

Natano, como suele llamarle una cálida familia que lo arropa cuando sus captores apuestan todo por atraparle a él y a sus hijos, es un padre preocupado por sus hijos y eso ya parece indicar la rareza del personaje. Un hombre no dispuesto a "formalizar" a sus hijos, en aras de la "democracia", a costa de su libertad y unicidad como personas dignas de respeto y promoción. 

En nuestros tiempos, en donde el debate sobre la libertad religiosa no ha sido concluído por más que quieran y promuevan algunos, un texto como éste se enmarca no sólo en la reflexión de un concepto sino en la exploración de la vivencia propia de quienes nos asumimos como personas a las cuales la religión nos apoya en nuestro caminar y es sustento donde reside la identidad y la pertenencia a un contexto y espacio determinado. Privar al ser humano de su creencia será siempre un riesgo, y en ocasiones, será la prueba de fuego no para perder aquello por lo que se vive sino para consolidarlo plenamente garantizando la derrota de quienes pretenden anular la vida de la Fe.

Hoy más que nunca, ante situaciones que comienzan a presentarse en mi contexto, me preocupa que con Nathaniel comparto muchas cosas en común, pero a diferencia de él, no veo como poder adentrarme en el bosque con la confianza y la esperanza de poder sobrevivirlo. Me haría falta valor. Pero puede ser, que en una situación límite como ésta que se presenta en la novela algo de Nathaniel Delaney permanezca en mí y me recuerde que, a pesar de todo, la cruz es signo de redención y de encuentro entre hermanos. Que a pesar de la tormenta vendrá la calma como decimos por estas latitudes. 

Para a quien esto interese: 


O´BRIEN, Michael., "La última escapada"., Ed. Libros Libres., Trad. Ignacio Peyró., Madrid., España., 2009., p. 295. ISBN: 978-84-92654-05-5

Sobre el autor puede consultarse su página web

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