domingo, noviembre 7

El reflejo de un muñeco


Comparto como muchos de mi generación que el primer contacto con esta historia se tuvo por la versión fílmica de Disney. De niño con esa imagen, distorsionada de la verdadera plasmada por el autor original, crecemos pensando en Pinocho como un muñeco de ropas suizas y no italianas. Tal vez por primera vez reflexioné respecto la riqueza de esta fábula moderna por la "Carta a Pinocho" de Albino Luciani, recopilada en "Ilustrisimos Señores" de BAC Editores. Recuerdo con emoción su lectura hace unos años y las reflexiones que en mi ha provocado la suave lectura de la pluma del Cardenal veneciano que a las postrimerías de su vida fungiría como Sumo Pontífice tan sólo 33 días.
Incluso en aquél texto, Luciani se permite recomendar a Pinocho, en vías de alcanzar la adolescencia, que reflexione sobre la historia de otro "muchacho" de apellido Copperfield y nacido de la pluma de Dickens, le pide que pueda conquistarse a sí mismo a partir de las complicaciones del enamoramiento del jóven inglés.
"Pinocho" es la historia de un simpático muñeco de madera que recibe una especie de vida particular, y desde que es consciente de sí mismo fija un ideal que torcidamente persigue a lo largo del cuento: ¡quiere ser un niño de verdad!. Esta gran meta, este gran ideal, se ve impedido por sí mismo en no pocas ocasiones. Que si prefiere la vida alegre a la escuela, que si vende el dinero de los útiles para pagarse diversión, que si es perseguido para robarle las monedas, que si contradice mil y un veces los deseos del hada que como buena hermana y madre lo procura, que si decide irse a la isla del juego eterno y el convertirse en burro es una amenaza que se va concretando, etc. Todos tenemos el recuerdo de cómo las mentiras, además de afectarle el panorama inmediato, le impactan físicamente pues su nariz se incrementa progresivamente en la medida en que se rehúsa a decir la verdad y con eso, irremediablemente, es descubierto y expuesto en su deshonestidad.
Pinocho es por excelencia el paradigma sobre el desarrollo moral y cómo los seres humanos nos relacionamos entre nosotros aplicando ciertos principios éticos y encuadrando nuestra conducta a partir de ciertos valores que consideramos como trascendentes, es decir, como perdurables e importantes a lo largo de nuestra vida. Todos queremos convertirnos en personas de verdad, en carne y hueso, queremos ser personas dignas de ser amadas y con capacidad de amar a otros; sin embargo, en muchas de las ocasiones somos nosotros mismos nuestros principales saboteadores y no estamos dispuestos a pagar el alto precio, de sacrificio y de responsabilidad, que significa ser verdaderamente autónomos  y completamente libres.
En el reflejo de este muñeco podemos sitiar nuestra propia experiencia de la moralidad, y a la que como sociedad fomentamos y procuramos. La sociedad de hoy, en días como estos, hace que el texto original deba rescatarse y la obra de Collodi, el autor, debe ser reconsiderada pues tiene mucho que decirnos. Si no ponemos atención corremos el riesgo de sacarle un ojo al vecino con la punta de nuestra alargada nariz.

Imagen: http://www.guiascostarica.com/pinocho/img/portadalibro.jpg

Imagen: http://www.linguaggioglobale.com/Pinocchio/menu_pinocchio.htm


Para a quien esto interese:

COLLODI, Carlo., Las Aventuras de Pinocho. Otros Relatos., Ed. Fernando Molina Castillo., Trad. Esther Benítez., Ed. Cátedra.Letras Universales., Madrid., 2010., p. 487. ISBN: 978-84-376-2633-8.
Esta edición incluye una profunda introducción y un buen aparato crítico para ir al fondo de los significados y percepciones respecto la obra.

Sobre Carlo Collodi, puede consultarse este breve enlace.

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