sábado, septiembre 4

¿Cuándo hemos tenido algo que celebrar?

Ya mucha tinta se ha derramado y continuará, gota a gota, culminándose. Que si debemos festejar, conmemorar, celebrar, alegrarnos. Que como festejar en estos tiempos difíciles. Que por qué tanto gasto, que si los huesos, que si los coordinadores, que si la propuesta. Pocas voces a favor, en voz muy queda, tratan de defender el gusto de la fiesta frente a los detractores. Recuerdo el cuento de Martín Luis Guzmán y me convenzo que, a lo mejor, la única fiesta que enciende el ánimo es "la fiesta de las balas" a que tanto, y durante tanto tiempo, nos hemos inclinado. Ahora no es la excepción.

En el tema de los 200 años de independencia y los 100 años de revolución tampoco hay acuerdo entre los mexicanos como no se pueden acordar otros grandes temas, en muchas ocasiones ni siquiera dialogar. Si concedo que estamos en un tiempo polarizado y poco inclinado a dirimir diferencias. Hay pocas voces que llaman a la unidad, en momentos como este los así llamados "intelectuales" tendrían que mostrar nuevos caminos. A veces creo que nuestros "intelectuales" también son de muy tercer mundo y con poca altura de miras.

 No considero que debamos recurrir al "tlatoani" o al "caudillo" para encontrar un retorno a un pasado maléfico, deberían existir no pocos liderazgos que en conjunto nos ofrecieran un nuevo panorama. Nuestra clase política se queda corta, al igual que los principales medios de comunicación y sus voceros. ¿Donde entonces encontrar una nueva alternativa?

En este México sumido en conflictos, como pocas veces, me percato de que las oportunidades y nuevos retos existen y que "sí se puede" (por lo menos se puede más que en el fútbol), pero que no es fácil cultivar en tierra tan seca y con mulas tan ariscas.

Pero, por otro lado, a quienes critican el festejo presente yo sólo pregunto ¿qué se festejaba antes? México, desde que nació, salvo ciertos periodos, siempre ha sido convulso y si nos pusieramos rigoristas la verdad es que hemos tenido pocos pretextos para celebrar antes y entonces ¿por qué no hacerlo ahora?

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