Las vivencias que generan conocimiento respecto un fenómeno son además fuente de crecimiento no sólo para uno mismo, sino que en la mayoría de las ocasiones aportan el discernimiento y reflexión para otras personas.
¿Cuántas cosas se han escrito e impulsado a partir de la experiencia positiva de la vida?, sea experiencia propia o ajena es cierto que puede ser el resorte que muchos necesitamos para vislumbrar aristas que somos incapaces de mirar por nosotros mismos. La novedad en la experiencia, el asombro, ha sido siempre identificada como un inicio del aprendizaje, del conocimiento humano.
Respecto la promoción de la literatura, resulta sumamente positivo conocer la experiencia de Genevieve Patte en su recorrido de conformación e impulso de la biblioteca infantil en diversas latitudes de nuestro desgastado mundo. La biblioteca como sitio de impulso a la cultura, como resorte en el placer de leer y de escribir desde la más tierna infancia debe ser un sitio ineludible en la consideración del entramado público y social que sustentan el ideal de comunidad.
- Historia de Babar, el elefantito. De Brunhoff.
- La isla del tesoro. De Stevenson.
- Jorge el curioso. De. Augusto del Rey.
- El jardín de la media noche. De Pearce.
- El viento en los sauces. De Grahame.
"La hora del cuento" es la confirmación de que el acercamiento de los más pequeños no sólo se da a través de la vista sino también del oído. El ritmo y la cadencia de las palabras al narrarse una historia que envuelve a los escuchas en la vida misma de los protagonistas es sin duda una de esas experiencias gratificantes que provocan, en la versión más literal de la palabra, a la lectura.
La relación de la biblioteca y la familia encuentra cauce en una meta común: el desarrollo humano de los más pequeños. Cada espacio desde su natural ámbito y competencia. Ante eso la autora establece mediante la síntesis de otras propuestas:
[...] lo que hay de determinante en el despertar del niño, en su gusto por conocer y por leer, es la actitud de los padres, la atención sincera que le ponen al universo de sus hijos, esa atención que se encuentra en la antípoda del forcing, esa preocupación ansiosa por empujar al niño para que "tenga éxito", de acuerdo con un esquema prestablecido y que muchas veces no hace sino complicar su desarrollo[...]
Se relatan en este sentido algunos estudios de cómo los niños que son estimulados a la lectura por esta actitud positiva de los padres incian su habilidad de lecto-escritura primero que otros carentes de este fenómeno. Es algo que muchos damos por hecho pero que poco puede comprobarse con estudios. El texto entonces vale mucho para mí porque nos orienta a la confirmación fehaciente de esta realidad.
En fin, recorrer la experiencia acumulada de años de trabajo, paciente observación y ardiente pasión por su labor como promotora literaria es más que fascinante. Mediante la revisión de su experiencia un grato sabor de boca puede formarse en la percepción del lector. Recorriendo el aprendizaje en París, en Nueva York, pero también en países denominados en "vías de desarrollo", podemos encontrarnos con una constante: abrir la puerta del mundo de las letras a una persona es definitivamente apoyarle en su formación como ser humano.