viernes, agosto 29

Casi un mes después

Casi un mes después del último post tengo un respiro para escribir algunas ideas al cierre de un mes lleno de cambios, presiones, contradicciones y tristezas personales, nada grave pero sí representativo.
Escribo lleno de angustia, esa angustia humana, que aunque se tenga fe, a veces nos presiona y nos agota. Vamos por partes:
  1. La decisión de la Corte, reciente en el tiempo, se tomó sin tomar en cuenta lo mejor que ambas posturas, a favor y en contra, de la despenalización del aborto presentaron. Cuando la corte dió de alta un micrositio me agradó la transparencia que imprimió a su accionar; me ha dado repulsa ver como las audiencias, los documentos presentados y todo el proceso se dirimió en unas cuantas sesiones que más que sesión de suprema corte de la nación parecía "cafecito y galletitas" entre amiguitos. Todo lo que presentaron en el micrositio se fue pal cuerno. ¿Para que gastar el erario entonces si todo se pudo haber definido desde el principio con una platica así de sencilla y facilita? De todo hubo, risas y humor, experiencias personales, referencias a la vida íntima de los sangrados de las señoras ministras, etc, etc. Los ministros dijeron que su posición personal no influía su decisión, sin embargo en los argumentos presentados no hicieron otra cosa que presentar su pura, simple y llana opinión. Opinión, que en términos de lo que es una opinión, debería ser igual que la mía o la de cualquier otro ciudadano. No dieron argumentos, no esgrimieron nada de interés. La angustia que siento me viene de la falta de seriedad ante el asunto. Nadie piensa que en esta lucha ideológica quienes perdemos, como casi siempre, somos los seres humanos. Estos seres tan contradictorios que somos y de los cuales la vida depende, parece todo indicar, de nuestra decisión. Cuando tenemos la vida queremos la muerte y cuando tenemos la muerte deseamos la vida. Sólo nosotros y nuestra lógica irracional que postula que somos, con nuestras pobrezas y detrimentos, supuestos autores artificiales de la vida...¿hasta dónde seremos capaces de llegar?...
  2. La política y la situación nacional, cada vez más compleja, no deja espacio para aquél sentimiento añejo de seguridad. Realmente no somos nada frente a una mafia enquistada con nuestro gobierno. Ya lo dijo Martí, LOS INÚTILES DEBEN RENUNCIAR...No queremos mensajes, no queremos promesas, no queremos artilugios de ningún funcionario...queremos mexicanos vivos, queremos familias en paz, queremos ciudades en armonía. YO CUMPLO CON MI RESPONSABILIDAD DESDE QUE ME DESPIERTO HASTA QUE DUERMO, ¿por qué los imbéciles no lo hacen y se dedican a la peronatas constantes, a los círculos irresolubles?
  3. La víspera de la marcha también me angustia...¿funcionará?...yo marché hace años, y la cosa se ha puesto sistemáticamente peor...creo que los ciudadanos deberíamos hacer algo más que solamente salir a la calle...cada vez valoro mejor eso de no pagarles impuestos hasta que no cumplan con lo que deben, ¿por qué yo cumplo para que usen mi lana en pagar a delincuentes disfrazados con placa y para poner a imbéciles en puestos clave?...mejor me guardo mi dinero que buena falta me hace.
  4. La presión de la vida laboral se sintió con creces este último mes, en forma constante. El ritmo deja poco espacio a la reflexión. Hay tanto que he querido compartir que no ha salido a la superficie que se me ha ido aglomerando en esta angustía que hoy como catársis se presenta ante los ojos de mis tres lectores.
  5. Esperamos un mes patrio más tranquilo, soñamos con un mañana mejor con una fe renovada.

2 comentarios:

  1. Atinadas reflexiones, sobre todo la de la Corte. Hay que alzar nuestra voz. Como demócrata, como creyente en las instituciones, me alarma lo que ocurrió la semana pasada.

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  2. Amigo,

    Es un gusto volver a leerte.
    Sin duda el tiempo ha acumulado varias ideas pero también han pasado muchas cosas en las últimas semanas que han provocado la irritación y desesperación de muchas personas. Estamos viviendo una época en donde la credibilidad de quienes toman las decisiones ha desaparecido, en la que el valor de la vida humana ha sufrido una caída radical, y que el bombardeo de información negativa (crisis económica, social, cultural, etc.) nos satura nuestra vida.

    Es necesario alzar la voz y mantener la esperanza de que siempre la situación debe mejorar, por supuesto con la participación de la mayoría.

    Un abrazo

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Lo mío ya fue, ¿tú qué dices?