viernes, octubre 5

Del abordaje y de pendientes como leones

http://www.sxc.hu/profile/garyr


"La nave viajaba tranquila", pensaba el capitán. Poco oleaje, nada daba indicios de riesgo o tormenta. La vista fija en el horizonte. Todo cambió, sin embargo, pues en un abrir y cerrar de ojos el panorama fue otro; la rutina, que se había acercado silenciosamente por la borda ponía en alerta a sus tropas para conquistar, en un asalto rápido y certero, el ritmo de publicación en este blog. Cuando más esfuerzo se había hecho en colocar una nueva entrada en forma semanal, el asalto de rutina de los mil y un pendientes, me dejo pasmado. No hubo manera de reorganizar las fuerzas de defensa y ataque hasta este momento en que, me es posible, justo y necesario, trazar de nueva cuenta el mando al timón. La rutina pendenciera se retira al llegar a un oleaje más favorable. Emprendemos de nuevo el viaje semanal, esperando mayor ritmo dentro de todo el universo de pendientes que, bien lo sé, intentarán el abordaje al primer descuido o confianza excesiva. No sólo habrá que tener la vista en el horizonte, sino que es preciso no perder de vista la perspectiva de babor y de estribor. 

Creo que la experiencia de ser acometido por pendientes, muchas veces mínimos detalles pero que llegan en jauría,  es una de las situaciones más difíciles del mundo laboral. Momentos de "saturación" debe vivir tanto el arquitecto como el médico, es cosa relacionada a la profesión en sí misma considerada en la dinámica laboral que nos impone el mundo de hoy. Ritmo, prisa, conectividad, eficacia, eficiencia, acierto, dimensión multitarea. Todo exige el máximo compromiso, la más alta urgencia. Verdaderamente si no tiene uno cuidado los pendientes hacen motines, provocan revueltas y alteran el orden; ¡se meten hasta la cocina!. La capacidad de organización es un elemento fundamental para el trabajador de estos tiempos, probablemente mucho más que en épocas pasadas. Pensemos únicamente en el horario laboral, antes era firme ahora se revela con límites difusos y que parecen hacer ósmosis, como las células, con la vida personal, familiar, social, académica y espiritual. 

Si bien soy una persona un cuanto tanto desorganizada, quien ha visto mi escritorio de oficina, lo sabe, siempre he procurado tener un orden en los proyectos y en las actividades. Para mí este semestre ha significado mucho en términos de malabarismo y me he tenido que estrenar como un pulpo humano capaz de mover hilos en circos paralelos de tres pistas cada uno, ¡si tan sólo cobrara por la entrada para ver este penoso espectáculo otra sería mi suerte!. Siempre me había quejado de que el tiempo no me alcanzaba; ¡iluso de mí!, no sabía lo que era vivir lo que ahora vivo: ¡ni siquiera encuentro a veces tiempo para pensar en mi tiempo!. La saturación de pendientes y actividades se parece mucho al cáncer, nos va infestando, lentamente, mañosamente diría yo, y cuando encuentras los primeros signos, sucede a veces, que el mal está tan difundido que el tratamiento debe ser lo más agresivo posible. La agenda debe imponerse al desorden, el problema es a veces construirla adecuadamente. 

No crea mi único lector, pues seguramente perdí a los otros dos en el camino varado de estas dos semanas, nota mental: ¡habrá que recuperarlos!, que me quejo. La verdad es me que gusta experimentarme activo. Pero veo este escrito como el desahogo necesario en la labor de acomodar mi ganado de pendientes en el corral correspondiente. Algunos pendientes, más dóciles que otros, acuden bajo mis órdenes a acomodarse donde les corresponde; otros, exigen de mí el sombrero de copa, las botas de charol, el saco rojo con galeones dorados, y la mano firme en el látigo. ¡Hay que mantenerlos a raya y en la jaula!

Por mi parte espero algún día tener una relación con mis pendientes como este individuo, considerado el mejor domador de leones del mundo, la tiene con estos "inofensivos" animales. ¿Será posible? Ya les iré contando por el camino. ¡Hasta la próxima semana! 



No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Lo mío ya fue, ¿tú qué dices?