jueves, mayo 26

Yo, el acarreado involuntario

Tengo pendientes varias ideas por desarrollar y aterrizar en entregas para este blog. Sin embargo creo que son tantas, y el espacio para que vean la luz es tan pequeño, que están todas atoradas en la puerta. Una se ha colado, sin que me diera completa cuenta, breve será puesto que si fuera más amplia no hubiera entrado por el pequeño resquicio que dejan al empujar para salir tanto la idea sobre Vargas Llosa como la idea sobre la mano que desvió la bala. 

Por extrañas situaciones del destino, de pronto y sin aviso previo, me ví sentado en auditorio para acto político disfrazado de reunión de asociación civil. Los lobos jugando con la piel de las ovejas, mil y un imágenes de caricatura infantil corren frente a mis ojos cuando escribo estas letras y será imposible, tarde que temprano, no hacer referencia a ellas. 

No sólo me senté como "invitado" (etiqueta para distinguirme de "trabajador"), sino que después entendí la bifurcación de la clasificación efectuada sobre mi persona. Había cientos de acarreados, y yo me uní al grupo ingenuamente. Al ser invitado se asumía que venía uno por cuenta propia y por propio pie, pero no, realmente fui convocado a algo muy distinto y caí, redondo, como en 28 de diciembre. No fuí el único, puedo suponer, pues el mismo gesto de incredulidad que pude adivinar en mi rostro lo encontré en tantos otros. Nos dijeron que íbamos por "x", pero realmente resultó que nos abordó todo el abecedario.

Los políticos, puedo concluir, ya no te invitan a actos políticos pues no acudirías en sano juicio (un eco del chiste aquél del negro de guanabacoa) y deben "aderezar" el evento con lo que hoy está de moda "responsabilidad social" y "organismos de la sociedad civil". 

Rodeado además me encontré del México que se ha conservado en la burocracia como el huevo que se cuece en vinagre. Por un lado el rimbombante presidium que sería llenado por figuras para mí desconocidas, no así para el auditorio que supongo estaba previamente informado de la concurrencia; por otro lado, la orquesta amenizando el evento a todo pulmón; el maestro de ceremonias haciendo sus pases para captar atención (el mejor pase que hizo fue darse a reconocer como uno de los "suegros de México", según pude escuchar, al ser padre de cierta actriz de apellido Castillo que se dedica a representar, simbólicamente, a "Teresa, la mexicana")...todo con un ligero toque de surrealismo, a lo mejor como una manera de avisar, penosamente, la partida de la última artista de dicha escuela acaecida ayer mismo por la noche; curioso augurio a la manera de los heraldos negros de Vallejo. 

En fin, heme ahí entre la crema y nata de cierta "izquierda" que huele rancio...que se describe por las porras sembradas entre la gente ("no queremos playas, queremos escuelas", "seguro social, patrimonio nacional" y esa bonita leyenda slogan de siempre: "queremos agua para Iztapalapa"); esa "izquierda nueva" que se ejemplifica en su democracia con aquél oscuro varón que ante el programa de actividades gira las instrucciones ante la comitiva "trabajadora" ("sentados", "parados", "aplaudan"). ¡Que bonito es este México de libertades, este México de hoy donde al latir el corazón por la izquierda no se acarrea gente, sino que se "motiva" la voluntad popular para que enarbole una causa justa!

Los políticos tienen incapacidad, la mayoría debo decir, para comprender la esencia de una organización de la sociedad civil. Aunque "jueguen" a crearlas para que respondan a sus intereses y aunque afirmen que irán por quienes no tienen "partido", se los voy resumiendo: ¡yo no tengo partido y con "formas democráticas" como las que observé, como cierta experiencia Kitsch, no me interesa en lo más mínimo llegar a tenerlo! Con esta democracia la monarquía es una tentación recurrente. 

Alguno que otro podrá decirme que debo entender que así son los actos políticos y que esto pasa en todos lados y con todos los colores, y entonces diré únicamente que un partido/candidato que convoca para "mostrar músculo" es un ejemplo de "realidad virtual". Me acuerdo cuando trabajé en gobierno y me pidieron acarrear gente, ese día entendí que ahí no era mi espacio, que ahí no era mi lugar y que México en modo alguno podría cambiar desde dicha instancia. No me equivoqué en lo más mínimo. 

Corolario

El lobo jugando con piel de oveja, y las ovejas brincando de alegría..."represéntenos" balan emocionadas, "está bien", dijo el lobo al cerrarse el zipper del disfraz, "denme su vida, y yo sabré recompensarlas con un gran banquete al que estarán todas invitadas". 

¿Deja vú? Creo que he visto algo como esto hace algunos años...¿será? Tú dime...


No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Lo mío ya fue, ¿tú qué dices?