viernes, julio 3

Enfrenón

Todo marchaba por las tranquilas aguas que se presentan cuando, confiados, dimos por hecho lo que se nos dijo. No albergamos ninguna duda pues procedimos como se nos indicó. Muchas veces la falacia de autoridad nos rodea y subyuga nuestra vida. Si lo dice quien debe decirlo pues ¿para qué poner en duda la situación?, se supone que él es el autorizado, ¿no?. Veo, hoy más que nunca, que es válida la duda y que las certezas en la vida humana son demasiado pocas, a lo mejor la única seguridad de la vida, como dicen, es que se termina tarde que temprano. Y sobre todo en México, pues a últimas fechas he tenido más de un encuentro con "profesionales" que ante su incompetencia solo dicen con tono monocromático "disculpe usté".

El caso es que sin más lo asumimos, probablemente también nuestra propia expectativa y la de todos aquellos que nos rodean y que acompañan las alegrías y las tristezas de nuestra nueva vida en común, influyó para dejarnos llevar por aquello que se nos confirmó hace algunas semanas.

Nuestro mundo se convirtió en color de rosa, las cavilaciones, los sueños e incluso las divertidas suposisiones a futuro pasaron a ahondarse en nosotros como algo más de la vida cotidiana, y es que sí, como dije, lo asumimos plenamente.

¡AH!, pero se nos olvidó eso de las certezas poco ciertas, se nos pasó por alto la realidad de que "Humanun Errare Est"; todo se vivió como cuando en plena recta a considerable velocidad del auto, por juego, desgano, mala intención, o simple distracción, se da paso al freno de mano y al acostumbrado e inequívoco sonido del por el que crujen las llantas y el metal entero de la carrocería, y donde el cuerpo, y con él toda nuestra realidad, se deja ir hacia el frente, peligrosamente direccionado al parabrisas.

"No fue choque, no se espanten" parece habernos dicho la vida...pero mientras baja la adrenalina, se hace necesario adaptarse a la realidad. Recuerdo esa deficinión de que la verdad es la adecuación de la inteligencia a la realidad. Se dice fácil, lo de menos es cambiar todo a tonos azules, pero ¿y los sueños?...¡esos también se cambian!, aunque requieran un ajuste algo más complicado.

La realidad, es que, a fin de cuentas, sea el color rosa o azul el predominante, la lógica de la espera alegre, del amor incondicional y de la expectativa por tu llegada es igual de fuerte, de sostenida y de experimentada profundamente desde lo más profundo de mi corazón y del fondo del alma bellísima de la gran mujer que tienes por madre.

¡Ya llega! ¿no?

P.D. Hijo, espero disculpes el nombre femenino que llevaste por algunos meses, en serio que no fue cosa nuestra. Ya conocerás las fallas de los hombres, mucho me temo que no podré evitarlo, pero a lo mejor con esto tu padre aprende a ser más tolerante de los defectos ajenos, y con eso chance y puedo enseñarte algo valioso...

1 comentario:

Lo mío ya fue, ¿tú qué dices?