martes, noviembre 27

Algarabía por la vida




Venía de Cuernavaca hacia el Distrito Federal. Era un domingo por la tarde, posterior a la hora de comida fue que realicé el viaje, un servidor come cuando muy tarde a las tres, así que sin recordar exactamente la hora puedo proponer un tiempo cercano a las 5 p.m., hace ya más de dos años.

Mi vida estaba por cambiar dentro de pocos instantes y yo no lo sabía. Algo nuevo llegaría y hasta la fecha me acompaña, un deleite muy especial que ahora recomiendo....pero, sigamos con la historia...
Poco antes de llegar a la caseta ví el espectacular, y recordé sólo tres palabras: revista, algarabía, sanborns. Al llegar, y dejar a los acompañantes en turno de aquella aventura de fin de semana, me dirigí a cenar y averiguar sobre la revista que ví anunciada en carretera y que me pareció salía de los estándares de revistas que se anuncian en espectaculares.

Mi expectativa fue superada al encontrarme con una publicación única en su género, distinta, atrevida en la propuesta, diferente en todo lo que sea posible comparar con otra que intente asemejarse. Algarabía significa para mi la oportunidad de un viaje relajante y pleno de sabiduría que me permite encauzar lo cotidiano y encontrar en ello lo grande de mi vida.

Desde entonces, al principio cada dos meses, y ahora gracias a geniales editores, cada mes, me sumerjo en sus páginas adentrándome en lo complejo de lo simple, en lo pleno de lo concreto y en lo fascinante de la propuesta de algo que debe recomendarse, cantarse y gritarse a los cuatro vientos: ¡tengo algarabía para vivir! (ahora mismo tengo entre mis manos, cuando los dedos descansan de escribir, el número de este mes).

¡Para quienes no la conocen, visiten algarabía en la red y cómprenla en su tiendita más cercana!

1 comentario:

  1. Seguiré tu recomendación y la buscaré en el Samborns más cercano. Ya te contaré que me parece.

    Saludos

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Lo mío ya fue, ¿tú qué dices?