martes, noviembre 20

Las incontinencias de lo absurdo


Sobre el ataque de partidarios políticos lopezobradoristas a la catedral metropolitana sólo puede decirse una cosa:

Es imposible exigir y ganar respeto a punta de palos, gritos, agresiones y daños en propiedad ajena. Exigir respeto es probable, pero el respeto se gana sobre cualquier otra actitud humana con paciencia, tiempo y esfuerzo. Es factible respetar a quién demuestra responsabilidad sobre su persona y a quien es capaz de respetar a quienes exige el respeto.

Sirva este ejemplo para decir que en México, país predominantemente católico, la libertad religiosa es aún un anhelo. Y es cierto, llevamos poco tiempo con reglamentación a las modificaciones constitucionales del artículo 130. Se puede ser de todo en este país, a excepción de católico practicante frente a mentalidades retrógradas y oscurecidas por un fanatismo que ni las sotanas provocan. Y ya con eso he dicho lo políticamente incorrecto.

El colmo de la ironía: ¡ahora resulta que los culpables son los templos por tener misas como siempre las han tenido y las campanas por tocarse como siempre se han tocado!.

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