jueves, julio 12

Crónica atrasada de un funcionario de casilla

No he querido publicar en forma previa este entrada aunque la he pensado desde el 1ero de Julio. Y no lo he querido hacer antes por todo el vaivén al que nos han sometido después de las elecciones, pero creo que si no lo hago ahora se quedará el post en el éter. Sirva esto para, de mi parte, cerrar el tema electoral pues considero que los ciudadanos ya hemos tenido suficiente y aunque algunos se esmeran en seguir y seguir, como en aquél comercial de pilas de hace unos ayeres, es necesario dar cauce a la vida cotidiana y ampliarla más allá de los asuntos político-económicos-sociales. ¡Mira que hay mucho mundo allá afuera como para perder el tiempo con tanto asunto electorero! 

Me levanté temprano con la idea de poder estar por lo menos 10 minutos antes de las 8. Para mi sorpresa al llegar ya había ciudadanos formados. Y me supuse que la presión por abrir, aunque la ley nos indica hacerlo a las 9:00 de la mañana, iniciaría. No me equivoqué. La gente que quiso "madrugar" quería votar desde las 8 y podría hacerlo hasta dentro de una hora. Hubo muchas quejas surgidas del desconocimiento de los tiempos de ley. Creo que en eso influyeron los medios pues mandaron el mensaje que la votación iniciaba a las 8. En general, creo que como ciudadanos nos preocupamos poco por poder prepararnos adecuadamente en torno a nuestras responsabilidades. 

Nosotros, por lo menos, a diferencia de las otras casillas en la misma ubicación, pudimos iniciar a las 9:00. La presencia de cuatro casillas en un sólo espacio físico generó considerable confusión. Fue divertido observar la discusión de los presidentes de las casillas por el reparto físico del espacio. Había dos pequeños salones en la especie de cochera en que nos encontrábamos. Por un lado, dos casillas básicas de la letra A a la letra K, una para votación federal (la mía) y una para votación local, y enfrente detrás de un espejo (que nos dio más de un problema) estaban otras dos casillas denominadas "contiguas" para el resto de las letras del abecedario. Aunque colocamos el cartel con la indicación pocos le dieron importancia. Llegaban a donde veían fila, como si regalaran algo, y esperaban a que alguien les dijera que era del otro lado.  

Al principio, en el montaje, los presidentes de las casillas trataron de organizarse mejor. Pensé en Napoléon "Cuando quiero que un asunto no se resuelva lo encomiendo a un comité". Eran 4 y no podían ponerse de acuerdo. Al final nos quedamos donde habíamos previsto y pudimos iniciar puntualmente como he dicho. Pero las otras casillas se atrasaron y eso, a la larga, incremento los reproches de los "madrugadores". 

Las primeras dos horas y media no paramos ni un minuto, entre que le íbamos agarrando ritmo, entre que las boletas eran "indespegables" de los folios, entre que había que orientar a quienes llegaban, el tiempo consumía la jornada. Mucha preocupación entorno al lápiz pero poco oído para seguir instrucciones. Y además, el presidente de mi casilla en lugar de clarificar, ciertamente complicaba. Eso nos complicaba un poco a todos lo que teníamos que hacer. Muchos ciudadanos me parecieron niños pequeños que debe uno llevar de la mano al baño (analogía de la mampara ciertamente); creo que aunque hagamos mucho una misma conducta, pues fueron pocos los electores de "primera vez", tendemos a no recordar la secuencia lógica del proceso que ya hemos hecho antes. 

Se nos fue la luz, lo que en sí mismo se veía como una molestia. Gracias al apoyo de mis hijos que presurosos nos trajeron unas lámparas sordas salimos al paso del incidente. Ni la lluvia nos detuvo y vaya que llovió con fuerza. Pocos incidentes, entre ellos un mocoso "comprometido con la democracia" que llegó insultando y tomando fotos cuando se le solicitó no hacerlo. Me queda claro que la amabilidad a veces está peleada a muerte con la diferencia. En este caso, me compadecí pues "la mula no era arisca pero los palos la hicieron así". 

Fue un día largo, más de 12 horas. Muy cansado ciertamente, no encontré el consuelo de la democracia ni el ánimo en los ciudadanos, puede que haya sido más un cansancio emocional que físico. Sé que hoy me pensaría dos veces volver a participar, aunque me tachen de lo que gusten, quien ha vivido la faena sabe el sudor que produce la cosecha. Concluyo la experiencia con la reflexión de que debemos reforzar mejor los mensajes que buscan orientar al ciudadano, entre muchas cosas, destaco lo siguiente: 

  1. En una elección presidencial muy probablemente tendrá que votarse también por autoridades locales. Son dos procesos distintos, uno federal y otro local, en un lado se vota por presidente y en otro por jefe de gobierno. Pareciera de risa, pero si supieran mis tres lectores el número de veces que tuve que precisarlo seguro es que no me lo creerían. 
  2. Hay que entregar la credencial a la mesa mientras se vota, para eso sirve la credencial además de ser identificación oficial. Es el momento culmen de la misma, ¡no se lo nieguen!. Ciudadanos: ¡no se las robaremos ni clonaremos como si fuera tema bancario!. Ustedes van a la mampara, votan, van a la urna, entregan las boletas en las mismas y pasan por su credencial. El tiempo que la tendrá el funcionario de casilla será exactamente proporcional al que tú, como ciudadano, te tardes en votar y en depositar en la urna. 
  3. Ciudadanos se les tiene que poner la tinta en el dedo, y se debe poner bien. Huele mal, todos lo sabemos. Se ve mal, todos lo sabemos. Pero parece que pocos sabemos que es forzoso este paso dentro del proceso y que por más que quiera uno evitarlo se tiene que hacer.
  4. La fila es un concepto más antiguo que el tema del voto. ¡Ya deberías saberlo, ciudadano! Las filas tienen una lógica: ¡esperar turno!. Ahórrate la pena de que te manden al final. No hay apartados como en el cine, no es el mercado, no es tu comadre quien te pide que te ordenes. 
  5. Ciudadano que piensa rayonear la boleta y votar en blanco con leyendas, frases Bíblicas sacadas de de contexto y demás sarta de excentricidades, tengo algo que decirte: ¡ninguno de nosotros leyó tus palabras! los rayoneos son votos nulos, se cuentan y van al sobre. No se tiene tiempo para tus reclamos, y sí además, nadie impugna la casilla los paquetes electorales no se abrirán y tus palabras están condenadas a la eterna indiferencia del sistema. No sirve de mucho esta estrategia por más que los "intelectuales" "comentaristas" "politólogos" y demás especies de "relieve" defiendan el voto en blanco, no es trascendente pues.   
  6. Partidos políticos, si no van a poner representante en nuestras casillas es su problema. Sería más lógico, además, colocar observadores en el proceso federal que en el local. (Con nosotros había un sólo partido, el PT, y en la elección local, que no estaba en modo alguno reñida, pues todos sabíamos que ganaría Mancera, había 5 representantes). Además, podrían poner un representante, e inscribir a esta persona, tanto en el IFE como en el IEDF para que puedan votar en una sola casilla. 
  7. Partidos políticos si así como ustedes se organizan, se organizan nuestros gobiernos es posible comprender lo que nos toca vivir día a día. Increíble que no puedan entender el flujo del proceso al que ustedes se deben. Sorpresivo que los ciudadanos, aunque no sean funcionarios de casilla, conozcan mejor que ustedes el proceso de votación. Inviertan en la capacitación de sus representantes de casilla. No es ¡enchílame la otra!
Creo que con esto queda englobada la experiencia, la tendré siempre presente.