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Creo en la magia comunicativa que se esconde y se
realiza en los cuentos de hadas. Me parece una de las grandes mecánicas de
transmisión de conocimiento de la experiencia vital que la humanidad se ha dado
a sí misma para resistir el paso de las generaciones. Primero los relatos se
transmitían de modo oral, ahora con la cultura escrita de algún modo se
preservan para resistir aún más el paso del tiempo.
Nuestra época, sin embargo, me parece que adolece de
relatos nuevos, pareciera que sólo nos dedicamos a recrear la atención,
masticando lentamente el aprendizaje proveniente de la fantasía; tratamos
únicamente de aprovechar al máximo las viejas historias en cuanto piezas ya
probadas, efectos ya considerados y sopesados. Pocos relatos actuales poseen
una visión innovadora, que rescate lo propio de la naturaleza humana, fijándola
en el tiempo, pero facilitando el diálogo entre nosotros, seres humanos del
siglo XXI, y quienes vengan a ocurar el espacio que ahora, por un instante, es
nuestro.
Por estas consideraciones fue un gusto enorme, en
compañía de mi familia, poder ver "Valiente" de Pixar, una película
que hace honor a su nombre. Si bien es una historia sencilla, más de uno me ha
comentado que algo consideran que le faltó, me parece que es posible rescatar
los beneficios de esta historia, en mi óptica, adecuadamente contada:
El rescate del matrimonio, varon y mujer, como punto
de inicio de la familia.
La estructura familiar configurada por Mamá, Papá e
hijos no es algo que aparezca ya en los medios de comunicación y en los
mecanismos de expresión actual como un prototipo; antes bien, la cultura
relativista en la que estamos, tiene por "políticamente correcto"
presentarnos otros esquemas o configuraciones que pretenden estar a la par,
respecto desarrollo y funcionalidad, de circunstancias con el concepto de
familia. Concepto que debe defenderse y promoverse ante los embates que tratan
de fincar una idea :¡todo es lo mismo! ¡no hay diferencia!. Ante ello urge, desde
el ámbito cultural, brindar respuestas sólidas. Esta película cumple para mí
dicha expectativa.
La presentación de la familia, consecuencia natural de
la complementariedad del varon y de la mujer, por cierto bellamente abordada en
la cinta, es uno de los logros de esta historia. No es la primera vez que Pixar
nos presenta el prototipo de familia funcional como parte medular de la trama,
pensemos por ejemplo en "Los Increíbles".
La presencia de la madre, origen de la vida fisica y
emocional.
Entre todo el repertorio de personajes presentes en
los cuentos de hadas la figura de la madre, que reune entorno a sí misma una
gran carga emocional, es clave de interpretación de la historia y del contenido
que ésta revela en su composición como pieza artística.
Uno de los elementos que podemos rescatar de la
presencia de la madre en los cuentos de hadas es el doble juego entre la madre
"buena", generalmente difunta, desaparecida, arrebatada de la vida
del personaje principal, y la madre "mala", la que llega en lugar de
la primera, y que encarnará regularmente al enemigo, la bruja que todo amenaza
con corromper. Y a la que el personaje principal debe vencer. Un gran reflejo
de la vida real; cuando la madre cumple las expectativas del hijo, y apoya su
concreción, se le percibe como amable, por el contrario, al contradecir u
obstaculizar las expectativas infantiles se le percibirá como perversa.
Es en el crecimiento, y en la maduración del yo, que
podemos integrar las dos caras de la madre en un sólo ser. Aceptando que
nuestro origen y nuestra madre posee ambas perspectivas. Los cuentos de hadas
apoyan este proceso psicológico, normal y habitual.
Sin embargo, me parece que en "Valiente" se
puede dar un gran apoyo a esta integración. Podemos ver directamente las
"dos caras " de la Reina. Su lado "negativo" no es
trasladado al personaje mágico que transforma la realidad, sino que se asume
que efectivamente dicho personaje es completamente otro. La bruja es un hado
del destino que, mediante un reto, busca la virtud en sus "clientes"
de madera trillada. Bruja y madre amenazante de expectativas no son una sola
cosa. Podemos observar a la madre amable, en los recuerdos de Mérida, y a la
madre perversa, en la adolescencia, que quiere transformar a su hija en una
versión de sí misma, situación que nuestro personaje no puede permitir por ello
quiere disolver en lugar de resolver.
La madre es una sola, la historia lo permite y con
ello seremos capaces de ver no sólo la transformación del personaje principal,
sino que la propia madre se transforma al resolverse el conflicto. En este
viaje de profundización, que los miembros de la familia viven a su manera,
todos se "transfiguran". En la madre podemos observar esta realidad
en el detalle del cabello y de su peinado: al principio aparecerá siempre
sujeto y presentado en trenza, y después, al concluir la historia, aparecerá un
peinado más libre, es un analogía de que los reencuentros, el diálogo, y la
puesta en comun del proyecto familiar, que no niega la importancia de los
miembros, nos permite mejorar. La familia como comunidad también puede madurar,
puede y debe consolidarse.
La sintonía entre el proyecto familiar y el proyecto
personal.
La necesidad de armonizar nuesta vida familiar con
nuestros proyectos personales, y la posibilidad de lograrlo, me parece la
conclusión medular de la cinta. En esta cultura en la que nos encontramos
parece que la familia es un estorbo, una pesada piedra que impide la
realización personal, una loza que hay que quitar y apartar de la vista a la brevedad.
Es de valientes poder afirmar una postura conciliatora entre realidades que no
son tan distantes como nos han vendido recientemente. La realización de los
miembros es realización de la familia y la realización de la familia exige
también que los miembros sintonicen sus intereses sin que tenga que negarse a
nadie el derecho de ser quien desea ser. Pero la ventaja de una sintonía entre
los proyectos, como la que presenta la
película, es que toda la comunidad familiar participa de su mejora cuando es
consciente de aquellas tareas que le son inherentes y que ninguna otra
institución puede realizar como ella. Todos pueden transformarse cuando viven
en familia no como miembros agregados a un grupo sino como partes medulares de
una comunidad particular.
La reconciliación, la restauración del vínculo, no
sólo se refiere al perdón y a la paz y serenidad que este brinda, sino a la
recomposición del tejido que nos ofrece identidad y pertenencia como ningún otro grupo
humano.
Creo que puede aún reflexionarse mucho más sobre la
película, me basta por el momento estos tres puntos que me permiten encontrar
una novedad en los cuentos de hadas. La creatividad sigue presente y puede
asombrarnos si somos un poco más "valientes".