sábado, septiembre 10

La forma y el fondo

Obtenida de http://www.freejpg.com.ar 

Estamos acostumbrados a que nuestros ojos alcancen a ver lo inmediato; para ver un poco más allá tenemos que hacer el gesto de afilar la mirada: contraer el rostro, apretando fuerte, para lograr esa concentración física que nos permite descubrir algo que al principio no fuimos capaces de observar. En no pocas ocasiones tenemos que volver a mirar nuevamente, a buscar ese resorte de conocimiento que es el asombro. 


Si nos pasa regularmente esto con las cosas que están a simple vista nos pasa, necesariamente, con la reflexión sobre algún tema. Muchos vemos únicamente lo que está a tiro de piedra y siempre nos costará más trabajo descubrir aquello que está un poco más lejos del corto alcance. Es ese "misterio" que podemos encontrar en todo aquello en que reparemos por más de 5 minutos. 

Hoy todo tiene que ver, pues, con la forma. Con lo que alcanzamos a mirar. Pero también hoy y siempre, todo tiene su origen, en algo que rebasa la simple percepción. Acostumbrados a la mirada comodina generalmente no ponemos a trabajar nuestras más grandes potencialidades. Y la vida, con sus misterios, puede pasarnos delante mientras perdemos el tiempo en nimiedades. 

Este cambio de época que aún nos toma por sorpresa es el predominio de la forma respecto el fondo, es la representación viva de que los medios reemplazan a los fines. El fondo, está extraviado, si alguien lo ve: ¡avise! ¡es urgente!

Hoy creemos, por ejemplo, que con más fuerza pública y la misma educación mediocre, podremos salir adelante. 

Hoy postulamos que la legalización significaría la "vuelta a la normalidad" pero no estaríamos dispuestos a pagar el costo del incremento del consumo, con todas sus consecuencias a corto, mediano y largo plazo. 

Hoy afirmamos que es necesario hacer reformas estructurales, pero no se considera que una revolución en valores, derechos humanos y concepción sobre la dignidad de las personas, sea la verdadera "estructura" que requerimos. 

Hoy nos perdemos en discusiones partidistas, intereses mezquinos, rivalidades, conflictos de poder, y se nos olvida el ideal de un pueblo tolerante, incluyente, y rico en oportunidades. 

Hoy buscamos licencias chuecas de negocios aparentemente "ilegales" en lugar de acotar al crimen organizado, seccionarlo y reducir su acción desde los ámbitos económicos y sociales. En lugar de rechazarlo, lo ensalzamos, lo presumimos, lo promovemos. 

Hoy nos clasificamos como "izquierda", "centro", y "derecha", cuando las personas no encuentran un eje para una subsistencia digna. A la gente real, esa clasificación, le tiene sin cuidado. No le sirve en lo más mínimo. Ya ha descubierto que todas esas posiciones "geopolíticas" derivan en la misma bazofia. 

Hoy México, pues, tiene un gran problema de visión...su reflejo en el espejo es una bizarra interpretación de sí mismo. Es como si definiéramos nuestra vida desde el peor día de nuestra existencia. México se está describiendo a sí mismo por la forma difusa de hoy y no reflexiona por el fondo que le ha brindado 200 años de unidad. ¿Qué viene después de esto? 

Creo que a todas y todos, en la trinchera en que estamos, nos corresponde afilar la mirada y pasar de lo inmediato a lo sustancial. Se nos irá la vida si no empezamos a mirar más allá de nuestras narices.