martes, julio 30

Promoción lectora en imágenes

Foto: http://www.labutaca.net/peliculas/wp-content/uploads/2010/06/tardes-con-margueritte-cartel1.jpg


Siendo aficionado a la lectura he tenido en más de una ocasión, inclusive como profesor frente a grupo, bastante difícil la labor de poder explicar a terceras personas los beneficios que la literatura ha traído para mí en términos de mi desarrollo profesional y personal. Siempre he tenido la gana de compartir lo que leo y lo que voy reflexionando sobre lo que leo; este blog, por ejemplo, es solo un reflejo de dicha intención. 

¡Creo que ahora, después de una tarde de película, lo tengo más fácil!

He encontrado un extraordinario recurso para hacer ver a otros que con la lectura, en nuestra percepción y asimilación, no solo cambia el mundo que nos rodea  sino que, sobre todo, cambiamos nosotros mismos. Desde adentro todo se mueve, se reacomoda; hay en la lectura una mudanza eterna, un intento por diseñarnos de mejor forma. Ya no somos los que cerramos la última página de un texto (o desplazamos por última vez el dedo sobre la pantalla, para adaptarnos a los tiempos), los mismos que iniciamos, horas o días antes, la lectura de una obra literaria. Pienso en las serpientes, cambian la piel pero siguen siendo ellas mismas, retan al contexto que debe reconocerlas nuevamente como las mismas con ligeros "ajustes". Así sucede con uno de los protagonistas de la historia que he conocido y que, profundamente, me ha conmovido. 

Germain Chazes, intepretado por el grande (en más de un sentido) Gérard Depardieu, acude por las tardes a sentirse arropado por las palabras que, con gran humanidad, suele leerle Margueritte. Ella, personaje frágil y delicado en el andar, pero fuerte y valiente para ablandar el corazón de un "bruto", representa sin duda una versión más humana del maestro de educación inicial que en lugar de abrir puertas las cerró, aparentemente para siempre. El profesor frente a grupo, que vemos dibujado en los retazos de recuerdos de Chazes, es una antítesis redonda, de lo que no debe ejercitarse en práctica docente y de alguna manera retrata, también, los estériles intentos de la cultura occidental por revivirse a sí misma a partir de la exigencia, y no del descubrimiento, del saber. 

Ya son diversas las cintas que, por otro lado, acuden como en cruzada a rescatar el papel del adulto mayor; estas aproximaciones artísticas rechazan de forma categórica el destino aparentemente irremediable del anciano perdiéndose de quienes le rodean, y ellos de él, por estar inmersos en una cultura del abandono por un ejercicio necio de renuncia a lo valioso.  Curioso que, apenas hace unos días en Río de Janeiro, Papa Francisco reflexionaba sobre lo necesario en términos de presencia para la sociedad actual de las y los ancianos, en especial para la juventud de estos días. En sus primeros días de pontificado exhortaba a los cardenales a ser como el "buen vino"; siguiendo esta idea, tengo clarísimo que Margueritte es el buen vino que llega a tiempo a la mesa de Chazes. Un encuentro fortuito que encuentra cauce en la literatura, en la búsqueda de la palabra, en el oído afinado para la escucha atenta e imaginativa que como lectores tanta falta nos hace. No solo aprendemos leyendo, también escuchando. No solo aprendemos escuchando sino también reflexionando. No solo aprendemos reflexionando, también dialogando. Lectura y conversación, poderosas herramientas no solo para dotar de sentido nuestra vida sino para salir al encuentro de quien, con afecto, está a nuestra espera para enriquecernos y dejarse enriquecer. 

Lectura y conversación que pueden curar el alma, llenar los vacíos, evitar las fugas. Hacernos más plenos. "Mis tardes con Margueritte" es diálogo en imágenes, compendio además de comunicación no verbal. Espero que puedan verla y deleitarse con un cine, sencillo si se quiere, pero realmente apegado a la vida misma. Aquí dejo el trailer en español



Para a quien esto interese: 

Web en francés, sobre la cinta. 



martes, julio 23

Metrobús, España, Adopción

http://www.metrobus.df.gob.mx/images/galeria/d1.jpg


Viajo en metrobus prácticamente desde que este sistema de transporte fue inaugurado en la Capital en un mar de pendientes y otras deficiencias, por ejemplo los humorísticos diablitos de luz (en el enlace una foto para quien no conozca el término); la inauguración intempestiva se efectuó, como podrás adivinar lector, para que el entonces Jefe de Gobierno, candidato sempiterno a la presidencia de México, pudiera dar el paseillo ante las cámaras y lucirse.

Fue después un escaparate de promoción constante para el siguiente Jefe de Gobierno, aspirante también a la silla presidencial con posibilidades de volverse también sempiterno cuando el sempiterno desfallezca o bien de sus aspiraciones o bien de su vida.

Como quiera que sea, el transporte ha resultado útil, entre ciertas polémicas que no han faltado, pero por este medio al día circulan en la Ciudad de México, sólo en la línea uno (la primera), más de 440 mil personas. No hay que ser genio matemático para saber que por lo menos en los días laborales comparten la humanidad más de 2,500,000 personas. Definitivamente un mundo aglomerado. 

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Eso en México, pero mientras tanto en la Península...

Ante la crisis económica brutal que tiene al pueblo y al Gobierno Español contra la lona, se han buscado limitar las áreas de "gasto" no necesariamente trascendentes para el espectro público con la finalidad de mantener la nave a flote. He seguido con atención, por interés personal y familiar, las notas periodísticas sobre cómo han venido evolucionando las cosas. Y hay miles de variables en la discusión y en el entono español que podrían analizarse. 

Me quedo con una idea resumida en la siguiente nota "Críticas al gobierno por su intención de no financiar la reproducción asistida de mujeres solas y lesbianas". Se propone qué únicamente las mujeres infértiles, dentro de un lazo varón/mujer, puedan participar del financiamiento público. La sociedad civil, en diversas concepciones se ha venido manifestando, muestra de ello un inteligente tuit encontrado en mi timeline hace poco: 




Me hizo mucha razón el comentario de @ldpsincomplejos. Mucho de lo que pasa en España es, me parece por lo menos en el tema cultural y de moral relativista, un reflejo de lo que está pasando por estas latitudes ex novohispanas a modo de caldo de cultivo. Es decir, pronto podríamos vernos como ellos se ven ahora, divididos en lo público y en lo privado de modo que a veces parece irreconciliable. Si la crisis no es sólo económica sino que se expresa en el dinero pero obedece al cambio de actitudes de la sociedad, sumado a políticos, de cualquier frente, poco competentes por no utilizar palabras altisonantes. 

En México, el mejor reflejo del tuit presentado es justo la publicidad que nos "ilumina" a los viajeros del Metrobus. Son dos tipos de mensajes que todos esos 2,500,000 de conciudadanos que circulan por la Línea Uno, por lo menos, hemos observado. Me ha pasado encontrar anuncios de clínicas proabortistas, a quien me rehuso a hacer promoción en este espacio, frente a anuncios de clínicas de reproducción asistida, a quienes tampoco hago promoción. Y constato entonces un contraste en la realidad que en ocasiones es así de opuesta en aquello que la compone. 

Por un lado la necesidad de quien quiere "deshacerse" del "problema", por otro lado quien quisiera, y no puede, "recibir" el "sueño" más anhelado. No soy consultor financiero pero ahí hay, si no me equivoco, hay una "oportunidad de negocio". Alguien tiene "algo" que alguien más quisiera. Como bien ha dicho el tuitero español, definitivamente nos sale mejor la síntesis de situaciones contenidas en las dos caras de una moneda si efectuamos un compromiso claro con la adopción. Me atrevo a suponer que en todos los términos, incluido el ámbito financiero si es lo que eso interesa, existirían ventajas. Conectamos con el tema del negocio y es justo otro matiz que tenemos que encontrar en esta reflexión. La adopción a gran escala no parece viable en México por un tema de procedimiento burocrático (ya les contaré la experiencia de trabajar justo en la Institución del Estado Mexicano que vigila dicho proceso) y por otro, hoy en día la adopción toca intereses financieros de terceros que, aunque se precien de "humanitarios" no habrán de renunciar a su tajada de pastel. 

Por un lado, en lógica actual, hay que entender que tanto el aborto como la reproducción asistida son: ¡un negocio! Aunque ambos se "disfracen" de maneras de "ayudar" o "apoyar". En términos llanos en México, por ahora, el único de estos negocios financiado con dinero público es el aborto dentro del ámbito de competencia del Gobierno del Distrito Federal. Y todos han centrado la reflexión pública en lo que pasa en los hospitales y clínicas de control estatal pero ¿ y las clínicas privadas que prestan su "servicio" con el ropaje lingüistico de "interrupción legal del embarazo" ? ¿Tenemos algún reporte, informe, que nos presente lo que ahí sucede? Negocio redondo y poco transparente, huele bien ¿no? Seguramente en unos años podremos conocer casos tan cruelmente impactantes como los que se han descubierto recientemente en Estados Unidos, tan poco difundido por cierto por los medios masivos de comunicación de hoy (aquí un recuento del caso Gosnell).

Por otro lado, los ingresos de las clínicas de reproducción asistida no son precisamente "servicios médicos" de fácil acceso para la mayoría de la población. Y nos refuerza la idea: "que los pobres adopten, nosotros los ricos nos hacemos hijos por encargo". Si bien esta es una "conquista" de la así llamada "re ingeniería social", con mucho mayor tiempo de operación que el aborto, y con un apoyo menos claro de la izquierda gobernante, es justo reconocer que los laboratorios para lograr un humano, perdiendo muchos otros humanos en el camino, son un gran target de análisis sobre mercados financieros. Seguramente a ellos tampoco les vendría bien, para su prospectiva económica, que la adopción pudiera establecerse como solución. Habría pues "costo de oportunidad". 

Así las cosas en esta ciudad con transporte público que desnuda la contradicción que en sí misma representa la sociedad mexicana más "progresista" y de "avanzada". La izquierda pragmática se nos ha revelado como la mejor manera de impulsar el capitalismo salvaje donde los seres humanos somos piezas de cambio y recambio; paradójico, el "progreso" de la izquierda significa el triunfo del mercado agreste, iracundo y poco sensible a la realidad humana. 

Y usted, lector, lectora, entrañable, ¿cómo puede ayudarnos a posicionar la adopción como la alternativa más humana? 

sábado, julio 13

Nuestro Reilly Interior



Novelista para mí desconocido y obra jamás imaginada. Una grata sorpresa la lectura de este texto. 

Los desvaríos de Ignatius Reilly reflejan el contraste cultural del occidente capitalista, con toda su maldad podríamos incluso parafrasear al personaje. Un encadenamiento de reflexiones que nos brindan dos alternativas: o estamos  ante un loco deprimido o estamos ante un genio enloquecido. No hay aún, en mi experiencia como lector, un acuerdo en esta dicotomía. 

John Kennedy Toole no observó nunca publicada su novela "La conjura de los necios". La leyenda entorno a él y a su texto no puede ser más negra. Suicidio por no encontrar quien publicara su obra. La madre del autor, fiel reflejo de "Irene" la madre de Reilly, persiguió al editor Walker Percy , hasta lograr la publicación del texto. Esto se revela brevemente en el prólogo que funge como un proemio para la obra en sí misma. Una prólogo excelentemente elaborado que cumple con la característica de ser una invitación a la lectura de la novela, una brillante puerta de entrada que nos atrae como lectores. 

Mediante la lectura uno se experimenta transportado en el tiempo y en la propia ubicación geográfica, algo no fácil de lograr. Se experimenta uno mismo como un peatón más, a las afueras  de los centros comerciales, de los bares, descritos en el texto, observando en primera línea lo sucesos que se relacionan a la historia. La misma brisa marina de Nuevo Orleans nos acaricia aunque nunca hayamos estado ahí. Frente a nosotros el trance entre los años 50 y los años 60, una sociedad americana que se pisa la cola así misma. Un gran logro en la ambientación, en el contexto y en los personajes cuya historia parece crecer desde la nada existencial que representan. 

Como a Percy, el editor, también yo al leer el texto en público me he visto sorprendido por mis propias carcajadas.  No solo existen instantes de humor negro e ironía hechos palabras e ideas sino que se revela un reflejo claro de lo que todos podemos aborrecer del lado fanático de la moral que, al imponerse desde la obligación y no de la experiencia del deber, nos ata a un encadenamiento de soliloquios vacíos y carentes de cualquier sentido. 

Cuando con desdén nos situamos frente al otro, cuando lo ajeno nos parece invasivo, en el instante que cedemos a la crítica visceral de lo que nos resulta diferente, nace en nosotros un pequeño Ignatius Reilly; incluida inexplicablemente en nosotros su visión cósmica denunciante de la escasez de geometría y teología en esta vida nuestra que se discurre lentamente.

De entre los diversos personajes del universo Toolesiano la "señorita Trixie" es por mucho la cereza de un pastel que se nos revela como apetecible y abominante al mismo tiempo. Cruel analogía de las condiciones laborales de las esperanzas fallidas que se nutren de las autocomplacencias, la "señorita Trixie" dota de inhumana hilaridad, con su "Gloria" y su "Gómez", una historia que revela el rompecabezas casi al cierre de la trama. La dinámica en "Levy Pants" me hizo experimentar, por cierto, la misma risa incontenible que provocó Cortázar, en Rayuela, con el concierto de piano en un departamento lleno de desvaríos. Estas dos escenas, parecidas en el efecto producido al lector, suelen ponernos contra las cuerdas. El autor que produce estos efectos gana la batalla y permanece en nuestra memoria. Un aspecto, el humor bien manejado, tan necesario en esta época nuestra.

Esta no es una novela de momentos; es un momento de la literatura para valorar la novela como un método de creación literaria que representa la necesidad humana de explicarse a sí misma. 

Para a quien esto interese:

KENNEDY TOOLE, John., La conjura de los necios., Trad. J. Alvarez Flórez y Ángela Pérez., Anagrama., México., 2012., p.389.

Sobre el autor una interesante entrada en el Blog Personajes con Historia. Puede verse aquí.

jueves, julio 11

La Ciencia por Gusto: El milagro Tico

La Ciencia por Gusto: El milagro Tico

En esta pequeña anotación me gustaría responder algunas de las ideas que Martín Bonfil expresa en su blog La Ciencia por Gusto respecto el comunicado de la reciente aprobación para la Canonización de S.S. Beato Juan Pablo II. 

Del post que ahora se presenta en el enlace también se presenta una versión más corta en la sección electrónica de Firmas del periódico Milenio aparecida el día de ayer miércoles 10 de julio.




En primer lugar, me gustaría precisar que no soy un científico, según la noción de ciencia desde la perspectiva experimental que se tenga. Me gusta leer artículos de opinión y de divulgación científica, pero no me siento con la suficiente preparación como para debatir o profundizar en terrenos desconocidos para mi limitado pensamiento. Frecuentando la sección de firmas de Milenio es que me he encontrado con esta nota, y con su versión ampliada en el blog, y encuentro en el texto una versión distorsionada de los sucesos que engloba. 

Aunque el texto versa sobre el Milagro, y las dudas del autor desde una perspectiva cientificista, me parece que la cuestión de fondo tiene que ver con la relación entre la Ciencia y la Fe.  

Si bien el autor menciona que toda religión es respetable, al cierre de la colaboración, me parece que no concede el mínimo respeto, el más elemental tal vez, que puede concederse en estos casos: revisar verdaderamente lo que la Iglesia expresa sobre su propio proceder.  Como conclusión puedo entender que el autor habla de oídas sobre cómo la Iglesia valora y procede en estos casos; no sólo para la ciencia se requiere rigor, sino también para cualquier otra opinión, pensamiento o idea que se exprese al respecto. 

Vamos por partes señalando el texto y comentándolo. Debido a que la colaboración en Milenio es un extracto del blog, concentrémonos en este último. 


El 1º de mayo de 2011, el fantasma de un hombre muerto seis años antes bajó a la Tierra (o quizá actuó a control remoto) y curó “inexplicablemente” el aneurisma cerebral de la costarricenseFloribeth Mora, que según los diagnósticos médicos la condenaba como máximo a un mes de vida. Justo ese día el hombre que fue en vida ese espíritu, Karol Wojtyla, conocido como el Papa Juan Pablo II, había sido beatificado, primer paso para acceder a la santidad. 
O al menos eso es lo que afirma la Congregación para las Causas de los Santos, órgano de la iglesia católica que regula los procesos de canonización, al sostener que la “misteriosa” curación de Floribeth constituye el segundo milagro de Wojtyla (el primero fue la igualmente “inexplicable” remisión del mal de Parkinson que sufría la monja francesa Marie Simon-Pierre, en 2005, luego de encomendarse al Papa, muerto seis meses antes... uno se pregunta cómo no se curó el Papa su propio Parkinson).
Bien es cierto que cada quien es libre de incorporar a su texto lo que desee, pero no podemos dejar de notar que un tratamiento respetuoso de una cuestión importante, por lo menos para muchas personas, le brindaría mayor peso a las ideas que se desean exponer. El dejo de ironía y humor negro utilizado (fantasma y control remoto, por ejemplo) nos permite conocer cómo irá desarrollándose el resto de la colaboración. Es claro que quien escribe no trata en serio a los creyentes que pueden intentar comprender su fe en un ejercicio de razón; la creencia para él, queda demostrado en el vídeo que incorpora, obedece a supersticiones conductistas. A esta visión podríamos responder con Chesterton: “Cuando entro en una Iglesia me quito el sombrero, no la cabeza”. La Iglesia, por lo menos la católica, no pide a los hombres y mujeres que la conformamos que dejemos de pensar pero tampoco nos abandona a los límites de la razón humana (que existen, aunque a la "ciencia" experimental no le agrade). 

Es claro que el autor desconoce la visión que la Iglesia tiene de los Santos; la caricatura que presenta, con ironía y humor negro,   NO CORRESPONDE A LA DOCTRINA CATÓLICA. Un varón o mujer que han alcanzado los altares no son ni semidioses ni seres mágicos que tienen poderes por sí mismos y los usan a capricho. La pregunta de por qué el Papa no se curó a sí mismo es reflejo de esta deficiente reducción del Santo a un "milagrero". De alguna manera resuena aquella parte del Evangelio de Mateo "los que pasaban lo injuriaban moviendo la cabeza y diciendo... si eres el Hijo de Dios, baja de la cruz" (Mt 27, 39-40). Concederse a sí mismo un "milagro" se revelaría en estos días como un acto de "justicia humana", nada más alejado del pensamiento católico. ¿Cómo curó a otros y no se curó a sí mismo? Muy fácil: ¡Santo no es el que cura, el Santo Intercede ante Dios, pero quien cura, quien hace y obra el Milagro es Dios mismo! ¿Puede Dios actuar así? Pareciera que la reducción del suceso relatado de la curación es un "accidente biológico" que sucede en algunos organismos; eso aún no responde la pregunta de fondo ¿por qué algunos organismos sí y otros no?

Por otro lado, es cuestionable que el enlace de la Congregación que se nos presenta en el texto no lleve al autor a la Congregación misma sino a la página de dicha institución en Wikipedia. Tenía yo la impresión de que las fuentes son un tema de preocupación; veo que no. Inclusive en el propio enlace de Wikipedia al final aparece el verdadero enlace que sería interesante proporcionar al lector, ¿por qué no se refiere al lector a la organización misma? no cuesta mucho y puede hacerse muy fácil, por ejemplo aquí.  No hay intención, deduzco, de que el lector pueda encontrar la "fuente" (esto, desde luego es una apreciación mía). 
¿Serán realmente estos dos casos prueba suficiente de los poderes milagrosos del difunto pontífice? Un milagro es por definición, según la Real Academia, un “hecho no explicable por las leyes naturales y que se atribuye a intervención sobrenatural de origen divino”. Si de suspender las leyes naturales se trata, al comparar los milagros de la Biblia (crear el universo, causar un diluvio, partir el mar, detener el sol, revivir a los muertos, convertir el agua en vino, levitar) con los muy modestos milagros actuales, que son siempre curaciones “inexplicables”, parecería que el poder de la intervención divina se ha venido debilitando significativamente con el paso del tiempo.
¿Por qué el autor no presenta lo que la Iglesia comprende como un milagro? No tengo problema en poder partir de la concepción de la palabra misma. Pero sí lo que se juzga es el tema del milagro dentro de la perspectiva católica sería interesante proporcionar al lector, también aunque parezca risible, la propia fuente. No es tampoco difícil de encontrar en la red hoy en día algunos acercamientos lo que verdaderamente se considera milagro; dejo por aquí un pequeño documento de las Catequesis del propio S.S Juan Pablo II cuyo título puede darnos una idea que la noción de milagro va más allá de la curación física, el milagro de fondo es, siempre, la conversión y el encuentro con la Gracia de Dios. Revisa aquí "El Milagro, llamada a la fe" 16 de Diciembre de 1987. 

La intervención de Dios en la naturaleza ha tenido diversas manifestaciones y de eso existen diversos y variables relatos; el hombre de estos tiempos, retratado casi completamente en el autor del texto que se comenta ahora, clama y pide milagros "grandilocuentes" para creer. Se asume el hombre de hoy como esa parte del Libro de Job cuando se quiere conminar a Dios a que haga o diga lo que al hombre le conviene. En resumen, la invitación es que los patos disparen a las escopetas, aunque se presente en un lenguaje diverso. Es, a fin de cuentas, una reelaboración de lo que también aparece en Mateo donde se indica "A otros salvó; a sí mismo no puede salvarse". 
O quizá sea el avance de la ciencia el que poco a poco ha ido arrinconado a la fe. Y es de esperar que la tendencia continúe. Como bien explica el cosmólogo y divulgador científico Lawrence Krauss en un artículo en el diario Los Angeles Times, los sistemas biológicos son muy complejos, y en toda enfermedad hay cierto porcentaje de casos que se curan espontáneamente. Si esto ocurre justo después de encomendarse al papa (o de frotarse con un cuarzo), resultará muy difícil convencer al paciente de que no está frente a una cura milagrosa.
¿La religión y creencia como placebo entonces? Dios desde esta perspectiva "científica" no tendría poder alguno sobre la materia, o bien Dios interviene con milagros indudables o bien que no haga nada. Eso de ir andando haciendo "pequeños detalles" no es propio de quien se ostenta como Dios, pareciera decirnos esta postura. Recuerdo un breve extracto del último libro sobre Jesús del Papa Benedicto XVI, comentando los dos grandes "escándalos" de la fe: 
"...[Karl Barth ha hecho notar que hay dos puntos en la historia de Jesús en los que la acción de Dios interviene directamente en el mundo material: el parto de la Virgen y la resurrección del sepulcro, en el que Jesús no permaneció ni sufrió la corrupción. Estos dos puntos son un escándalo para el espíritu moderno. A Dios se le permite actuar en las ideas y los pensamientos, en la esfera espiritual, pero no en la materia. Esto nos estorba. No es éste su lugar. Pero se trata precisamente de eso, a saber, de que Dios es Dios, y no se mueve sólo en el mundo de las ideas. En este sentido, se trata en ambos campos del mismo ser-Dios de Dios. Está en juego la pregunta: ¿le pertenece también la materia?". S.S. Benedicto XVI., La infancia de Jesús., p. 62 y 63. 
En 1947, el psicólogo B. F. Skinner, padre del conductismo, llevó a cabo un experimento con palomas: si se les proporcionaba un premio de manera aleatoria, las aves tendían a asociarlo arbitrariamente con algún movimiento que hubieran estado realizando, como girar a la izquierda, y tendían a repetir dicho movimiento buscando de nuevo el premio. Dicho “comportamiento supersticioso” es sólo un mal funcionamiento del condicionamiento que normalmente nos permite a los animales adaptarnos a los estímulos de nuestro medio.
No dudo que como seres vivos compartimos con los animales cierto tipo de actividades específicas, algunos suelen considerarse en los seres humanos el tema del instinto como una igualdad específica. Generalmente tenemos también entrecruzadas visiones reduccionistas del ser humano a un mero ser biológico. Cosa curiosa, para una cosa la biología justifica pero para otras no. Sin que el autor del texto lo sepa, me queda claro, algunos de los primeros trabajos filosóficos de Karol Wojtyla nos llevan a la conclusión de la presencia en los seres humanos de tendencias, que no lo mismo que instintos animales puros.  Los seres humanos, a diferencia de los animales, podemos responder de modo diverso a las tendencias y humanizarlas como los animales no son ni serán capaces nunca. Refiero al lector a la primera obra mayor del filósofo polaco en vías de canonización "Amor y Responsabilidad" en especial el apartado segundo "Interpretación de la tendencia sexual" (texto que también puede ayudarnos a comprender, desde una postura personalista, los argumentos contrarios a la difusión de la homosexualidad).

Reducir la fe, la creencia y la vida religiosa a  una falla en el condicionamiento no parece muy civilizado, y si me lo permite, lector valiente que me ha acompañado hasta este punto, me parece una manera de caer en el viejo esquema de la oposición entre ciencia y religión, cosa que aunque al autor del texto no le agrade, no tiene necesariamente que ser así. Antes, mucho antes, los esquemas totalitarios ya han hablado de "opio del pueblo" y en este pequeño texto nos encontramos otra forma de "recrear" el lenguaje pero ahora con la noción de borregos supersticiosos.

Para ampliar el horizonte se propone la lectura "Fides et Ratio", sí, adivinó usted lector, de Juan Pablo II, otro documento referente para este tema que aborda la complementariedad entre dos alas del pensamiento humano: la fe y la razón. No se deje convencer por aquellos que le indican que la ciencia y la fe no tienen punto de encuentro, ese es un mito muy difundido por aquellos que no conocen ni valoran la dimensión de la fe y la creencia religiosa y que de hecho, con lenguajes irónicos y a plumazos de humor negro, quieren posicionar dicha postura en nuestra concepción del mundo.
Toda religión es respetable, pero tratándose de una que tradicionalmente se ha confrontado con la ciencia y que todavía hoy se opone a los derechos humanos de diversos grupos (basta con ver las recientísimas declaraciones del arzobispo de San José de Costa Rica, Hugo Barrantes: “el pecado no es ser gay, sino practicarlo”), quizá el Vaticano haría bien en recordar, hoy que se plantea canonizar a Wojtyla, que la verdadera fe no requiere de pruebas, y que “inexplicado” no es lo mismo que “inexplicable”.

Vaya cierre...pasa por alto el tema de que la Iglesia es la única institución conocida en la época actual que haya podido poner en claro su memoria: bastan dos ejemplos, desde el Concilio Vaticano II a iniciativa de Pablo VI y el documento  Memoria y Reconciliación: La Iglesia y las culpas del pasado por ejemplo, (sí, también a iniciativa de Juan Pablo II que puede verse aquí ) tan debatido en los últimos años. No me parece que estos dos ejemplos signifiquen "oposición tradicional a la ciencia". 

La Iglesia, habría que decirlo en perspectiva histórica, existió un poco antes del llamado método experimental que funda, de alguna manera, la ciencia moderna y es bien cierto que en ocasiones no respondió a la altura, podríamos acordar, en todas las circunstancias y momentos; pero eso no concede que la Iglesia, aunque la caricatura guste mucho sea "oscurantista" y "medieval". El reciente celebrado "Atrio de los Gentiles" en México es prueba suficiente de la apertura de la Iglesia a modos de pensamiento que no son coincidentes plenamente. Opciones de Diálogo existen, algunos las aprovechan, otros no. 

Habría que precisar que la primera Institución garante de los derechos humanos, guste o no decirlo, ha sido la propia Iglesia Católica. De ahí a que la Iglesia deba aceptar todo lo relativo a la moralidad cambiante y relativista de estos tiempos hay un trecho enorme; hasta ahora por ejemplo, creo que la ciencia no se ha puesto completamente de acuerdo con el tema de la homosexualidad y sus aplicaciones prácticas, por ejemplo la adopción, hay debate abierto aunque algunos deseen ponerlo como tema cerrado (aquí una muestra de que las cosas no se han terminado de definir).

Sobre la respuesta del  Arzobispo referido veo que se ha dedicado a establecer lo que la Iglesia establece. Seguramente, si su respuesta fuera diversa a la Iglesia, se percibiría como "progresista" y por ello no se le criticaría. En términos absolutos, aunque agrega su propia opinión, este pastor concuerda a la perfección con el Catecismo de la Iglesia: 


2357 La homosexualidad designa las relaciones entre hombres o mujeres que experimentan una atracción sexual, exclusiva o predominante, hacia personas del mismo sexo. Reviste formas muy variadas a través de los siglos y las culturas. Su origen psíquico permanece en gran medida inexplicado. Apoyándose en la Sagrada Escritura que los presenta como depravaciones graves (cf Gn 19, 1-29; Rm 1, 24-27; 1 Co 6, 10; 1 Tm 1, 10), la Tradición ha declarado siempre que “los actos homosexuales son intrínsecamente desordenados” (Congregación para la Doctrina de la Fe, Decl. Persona humana, 8). Son contrarios a la ley natural. Cierran el acto sexual al don de la vida. No proceden de una verdadera complementariedad afectiva y sexual. No pueden recibir aprobación en ningún caso. 

2358 Un número apreciable de hombres y mujeres presentan tendencias homosexuales profundamente arraigadas. Esta inclinación, objetivamente desordenada, constituye para la mayoría de ellos una auténtica prueba. Deben ser acogidos con respeto, compasión y delicadeza. Se evitará, respecto a ellos, todo signo de discriminación injusta. Estas personas están llamadas a realizar la voluntad de Dios en su vida, y, si son cristianas, a unir al sacrificio de la cruz del Señor las dificultades que pueden encontrar a causa de su condición.

2359 Las personas homosexuales están llamadas a la castidad. Mediante virtudes de dominio de sí mismo que eduquen la libertad interior, y a veces mediante el apoyo de una amistad desinteresada, de la oración y la gracia sacramental, pueden y deben acercarse gradual y resueltamente a la perfección cristiana.


Como cierre de estas reflexiones, quisiera dejar un vídeo sobre los temas de ciencia y fe. La brillante participación y debate del Cardenal Australiano George Pell y el evolucionista Richard Dawkins, vea el lector y juzgue (pueden activarse los subtítulos para seguir la conversación en español).